Solzhenitsyn

“Los dirigentes bolcheviques que tomaron Rusia no eran rusos, ellos odiaban a los rusos y a los cristianos. Impulsados por el odio étnico torturaron y mataron a millones de rusos, sin pizca de remordimiento… El bolchevismo ha comprometido la mayor masacre humana de todos los tiempos. El hecho de que la mayor parte del mundo ignore o sea indiferente a este enorme crimen es prueba de que el dominio del mundo está en manos de sus autores“. Solzhenitsyn

Izquierda-Derecha

El espectro político Izquierda-Derecha es nuestra creación. En realidad, refleja cuidadosamente nuestra minuciosa polarización artificial de la sociedad, dividida en cuestiones menores que impiden que se perciba nuestro poder - (La Tecnocracia oculta del Poder)

jueves, 6 de marzo de 2014

EEUU primer financiero mundial del terrorismo

Desde la guerra de Afganistán contra los soviéticos, numerosos autores han mencionado el papel de Estados Unidos en el financiamiento del terrorismo internacional. Pero hasta ahora se trataba de acciones secretas cuya existencia Washington nunca reconocía mientras estaban teniendo lugar. En el caso de Siria se ha dado un paso decisivo: el Congreso estadounidense ha votado financiamiento y armamento para dos organizaciones que representan a al-Qaeda. Lo que hasta ahora fue un secreto a voces se ha convertido en la política oficial del «país de la libertad»: el terrorismo.

Muchas sorpresas marcaron la primera semana de la conferencia de paz Ginebra 2. Desgraciadamente, la censura impuesta a los grandes medios de difusión no permitió que el público occidental fuese informado sobre esos acontecimientos.

En eso reside la principal paradoja de la guerra contra Siria: se divulgan imágenes que ofrecen un panorama contrario a la realidad. Según los medios de prensa internacionales, en este conflicto un grupo de Estados, reunidos alrededor de Washington y de Riad, que supuestamente defienden la democracia y encabezan la lucha mundial contra el terrorismo, se enfrentan a Siria y a sus aliados rusos, presentados a su vez como dictaduras que manipulan el terrorismo.

Si bien todo el mundo está perfectamente consciente de que Arabia Saudita no es una democracia sino una monarquía absolutista, la tiranía de una familia y una secta sobre todo un pueblo, Estados Unidos tiene la reputación de ser una democracia y hasta se le considera como «el país de la libertad».

Sin embargo, la información más importante de toda la semana fue censurada en el conjunto de los países miembros de la OTAN: el Congreso de Estados Unidos se reunió en secreto para votar financiamiento y armamento destinados a los «rebeldes en Siria» hasta el 30 de septiembre de 2014.

Sí, querido lector, ¡usted ha leído bien! En Estados Unidos, el Congreso realiza reuniones secretas que la prensa ni siquiera tiene derecho a mencionar. Es por esa razón que la información, originalmente transmitida por la agencia británica Reuters [1], ha sido cuidadosamente ignorada por toda la prensa escrita y audiovisual, tanto en Estados Unidos como en la mayoría de los medios de difusión de Europa occidental, al igual que en los llamados países del Golfo. Esa verdad sólo tienen derecho a conocerla los habitantes del «resto del mundo».

La libertad de expresión y el derecho de los ciudadanos a la información son –al menos eso se supone– condiciones sine qua non de la democracia. Y resulta que son más respetadas en Siria y en Rusia que en Occidente.

Como nadie ha leído la ley que adoptó el Congreso estadounidense, ni siquiera se sabe exactamente lo que en ella se estipula. Lo que sí ya se hace evidente es que los mencionados «rebeldes» ya no están tratando de derrocar el Estado sirio –han tenido que renunciar a ello– y que su nuevo objetivo es «desangrarlo». Por eso es que no se comportan como soldados sino como terroristas.

De nuevo ha leído bien, estimado lector. Estados Unidos, el país que supuestamente fue víctima de al-Qaeda el 11 de septiembre de 2001 y que desde entonces encabeza la «guerra global contra el terrorismo», financia ahora el principal vivero del terrorismo internacional, donde actúan dos organizaciones oficialmente subordinadas al-Qaeda: el Frente al-Nusra y el Emirato Islámico en Irak y el Levante. Y ya no se trata de una oscura maniobra de los servicios de inteligencia sino de una ley, plenamente asumida y legalizada, aunque haya sido adoptada a puertas cerradas para no entrar en contradicción con la propaganda oficial.

Por otro lado, ¿cómo podría la prensa –la prensa que afirma desde hace 13 años que al-Qaeda es el autor de los atentados del 11 de septiembre, la prensa que nunca ha mencionado el hecho que aquel 11 de septiembre el presidente George W. Bush fue destituido por los militares–, cómo explicaría esa prensa a su público esta decisión del Congreso? En Estados Unidos hasta el procedimiento mismo de «Continuidad del Gobierno» (CoG) está protegido por la censura. Así que el público del mundo occidental nunca supo que el 11 de septiembre de 2001 se produjo en Estados Unidos una transferencia del poder de manos de los civiles a manos de los militares a las 10 de la mañana y hasta bien entrada la noche, ni que durante todo aquel día Estados Unidos estuvo gobernado por una autoridad secreta, en violación de las leyes y de la Constitución de ese país.

En tiempos de la guerra fría, la CIA financiaba al escritor George Orwell, cuando este autor concebía la dictadura del futuro. Washington creía que despertaría así las conciencias ante el peligro soviético. La realidad es que la URSS nunca llegó a parecerse a la pesadilla que describió Orwell en su novela 1984, mientras que Estados Unidos se ha convertido en su encarnación misma.

Así que el discurso anual de Barack Obama sobre el Estado de la Unión se transformó en un ejercicio excepcional de la mentira. Ante los 538 miembros del Congreso que lo aplaudían de pie, el presidente declaró: «Hay algo que no cambiará: nuestra determinación de que los terroristas no lancen otros ataques contra nuestro país.» Y también dijo: «En Siria, apoyaremos a los grupos de oposición que rechazan los planes de las redes terroristas.»

Sin embargo, cuando la delegación siria que participa en Ginebra 2 propuso a la delegación que supuestamente debería representar a la «oposición» una moción basada única y exclusivamente en las resoluciones 1267 y 1373 del Consejo de Seguridad de la ONU condenando el terrorismo, los «opositores» rechazaron ese documento, sin que Washington protestase en lo absoluto. Pero es normal que no hubiese tal protesta dado que es Estados Unidos quien estimula el terrorismo… y que la delegación de la «oposición» recibe órdenes directamente del embajador estadounidense Robert S. Ford, incluso presente en Ginebra.

Robert S. Ford, trabajó como asistente de John Negroponte en Irak. A principios de los años 1980, John Negroponte dirigió la guerra estadounidense contra la revolución sandinista en Nicaragua contratando para ello miles de mercenarios que, junto a algunos colaboradores locales, fueron rápidamente identificados por la población nicaragüense como «los Contras». La Corte Internacional de Justicia, o sea el tribunal interno de las Naciones Unidas, condenó a Washington por aquella injerencia, cuyo verdadero carácter se trataba de esconder. Más tarde, en los años 2000, Negroponte y Ford aplicaron el mismo escenario en Irak. En aquel momento, el objetivo era acabar con la resistencia nacionalista iraquí utilizando contra ella a los hombres de al-Qaeda.

Esta vez, en enero de 2014, mientras que los sirios y la delegación de la «oposición» discutían en Ginebra, en Washington el presidente Obama proseguía su ejercicio de hipocresía diciéndole al Congreso –cuyos miembros lo aplaudían mecánicamente– que «luchamos contra el terrorismo no sólo a través de las actividades de inteligencia y las operaciones militares sino también cuando permanecemos fieles a los ideales de nuestra Constitución y dando el ejemplo al mundo (…) y seguiremos trabajando con la comunidad internacional para dar nacimiento al futuro que merece el pueblo sirio, un futuro sin dictadura, sin terror ni miedo».

La guerra de la OTAN y del Consejo de Cooperación del Golfo contra Siria ya ha dejado un saldo de 130 000 muertos –según las cifras del MI6 divulgadas por el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH)–, muertos cuyos verdugos son los mismos que atribuyen la responsabilidad de sus muertes al pueblo que se atreve a oponerles resistencia y a su presidente, Bachar al-Assad.

THIERRY MEYSSAN

lunes, 3 de marzo de 2014

Moscú invierte los papeles en Kiev

Mientras los dirigentes de la OTAN se regocijan por el golpe de Estado en Kiev, presentado a la opinión pública de Occidente como una nueva revolución, en el terreno se invierte la situación. Después de desplazar a un gobierno de delincuentes que buscaban el mejor postor entre Washington y Moscú, ahora son los agentes de Estados Unidos quienes se ven obligados –ya en el ejercicio del poder– a enfrentar los disturbios que anteriormente organizaron. El problema es que el país está arruinado y nadie, sea quien sea, podrá sacarlo rápidamente de la bancarrota. Y ahora Rusia puede defender sus intereses sin tener por ello que asumir las consecuencias de los 20 años de corrupción que antecedieron la nueva situación.

Durante los Juegos de Sochi, Rusia no reaccionó ante los acontecimientos ucranianos [1]. Mientras se producían los graves desórdenes registrados en Kiev y en otras capitales de provincias ucranianas, la prensa rusa siguió dedicando sus titulares a las hazañas de sus deportistas. El Kremlin consideraba, en efecto, que en cualquier momento los enemigos de Rusia podían tratar aún de convertir la fiesta deportiva en un baño de sangre.

Tal y como estaba previsto, para el momento de la clausura de los Juegos, el poder ya había cambiado de manos en Kiev. Ampliamente desinformada, la opinión pública occidental tuvo la impresión de que se había producido una revolución proeuropea.

Sin embargo, la divulgación de una conversación telefónica entre la secretaria de Estado adjunta, Victoria Nuland, y el embajador de Estados Unidos en Kiev, Geoffrey R. Pyatt, no deja lugar a dudas sobre la existencia del complot estadounidense [2]. A golpe de imágenes falsas, un gobierno de corruptos [3] fue presentado a la opinión como una banda de torturadores rusófilos [4]. Como en todas las demás «revoluciones de colores», misteriosos francotiradores posicionados en los techos dispararon contra la multitud y también contra la policía, y se responsabilizó al gobierno con esos hechos.

En medio de la confusión, la opinión pública occidental tuvo la impresión de que «el pueblo» se había apoderado de los palacios nacionales. La realidad es que, mientras los activistas –en su mayoría nazis– se batían en la plaza Maidan bajo los lentes de las cámaras de televisión, en otros lugares de la ciudad eran los politiqueros quienes penetraban discretamente en los palacios nacionales. Por ese lado, los europeos pueden dormir tranquilos: no fueron los nazis quienes se instalaron en el poder.

Los nazis ucranianos nada tienen que ver con la extrema derecha que se conoce en Europa occidental, por lo general abiertamente sionista (con excepción del Frente Nacional francés). Durante la guerra fría, los nazis ucranianos fueron incorporados a las redes stay-behind de la OTAN para sabotear la economía soviética. Posteriormente, Polonia [5] y Lituania se encargaron de arroparlos. Durante los pasados 3 meses de manifestaciones se les unieron islamistas tártaros especialmente traídos de regreso desde Siria, donde estaban en plena yihad [6]. Habitantes históricos de Crimea, a los que Stalin decidió dispersar por haberse unido a los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, los tártaros viven hoy principalmente en Ucrania y Turquía. En la plaza Maidan demostraron la pericia adquirida en Siria: mutilando policías y sacándoles los ojos [7].

La revolución de la plaza Maidan sirve para enmascarar un golpe de Estado extremadamente clásico [8]. En presencia de «diplomáticos» estadounidenses, la Rada [parlamento ucraniano] violó la Constitución derogándola sin referéndum. Destituyó, sin debate ni proceso, al presidente en ejercicio y puso los poderes legislativos y ejecutivos en manos del ex jefe de los servicios secretos, Alexander Turchinov.

Este nuevo dictador designó como primer ministro a Arseni Yatseniuk, lo cual coincide –¡Oh casualidad!– con los cálculos expresados desde mucho antes –en la conversación telefónica anteriormente mencionada– por la secretaria de Estado adjunta Victoria Nuland. El nuevo primer ministro conformó un gabinete que fue presentado a los manifestantes en la plaza Maidan. Estos últimos, ahora mucho más numerosos y en una proporción en la que los nazis ya vienen siendo sólo una tercera parte, abuchearon a varios de miembros del nuevo gabinete porque son judíos.

En Crimea, donde está basada la flota rusa del Mar Negro y la mayoría de la población es rusa, el parlamento regional, también presa de una «inspiración revolucionaria», derrocó el gobierno local (fiel a Kiev) y nombró uno nuevo (pro-ruso). Simultáneamente, hombres uniformados, pero sin bandera ni insignias, tomaron el control de los edificios oficiales y del aeropuerto, impidiendo así la posible llegada de fuerzas enviadas por el nuevo gobierno de Kiev.

En Kiev, la Rada denunciaba un acto de injerencia rusa y llamaba a que se respete el Memorándum de Budapest. En 1994, Estados Unidos, el Reino Unido y Rusia firmaron un acuerdo sobre el congelamiento de las fronteras de Ucrania a cambio de su renuncia al arma nuclear [9]. Para Moscú, sin embargo, ese acuerdo perdió toda vigencia desde que fue violado por Washington y Londres en el momento de la «revolución naranja» de 2004 [10] y, con más razón aún, con el golpe de Estado de la semana pasada.

¿Qué va a pasar ahora? El 25 de mayo tendrá lugar la elección del Parlamento Europeo y Kiev organiza una elección presidencial mientras que Crimea realizará un referéndum de autodeterminación. Cuando Crimea sea independiente podrá optar por reintegrarse a la Federación Rusa, de la que formó parte hasta 1954.

Por su parte, la Unión Europea tendrá que ver cómo se las arregla para responder a las esperanzas que tanto se esforzó por suscitar en Ucrania, y tendrá por lo tanto que pagar –no se sabe con qué fondos– al menos una parte de los 35 000 millones de deuda ucraniana. Por su parte, los nazis de la plaza Maidan no regresarán a la clandestinidad sino que van a exigir formar parte del gobierno.

Pero la historia no parará ahí porque todavía quedarán por resolver, para el Kremlin, los problemas de la parte oriental de Ucrania –con una numerosa población rusa y una importante industria de defensa– y también de Transnitria (la antigua Besarabia, que sirvió en el pasado de centro de investigación para la cohetería soviética). Este pequeño país, de población rusa, que no aparece en los mapas porque no es miembro de la ONU–, proclamó su independencia en el momento de la disolución de la URSS pero aún está considerado como parte de Moldavia. Resistió valientemente a la guerra que contra él desataron en 1992 Moldavia, la fuerza aérea rumana y los consejeros de la OTAN [11]. Logró conservar el modelo social soviético, adoptando a la vez instituciones democráticas, y hoy en día una «fuerza de paz» rusa garantiza su seguridad [12]. Como mínimo, una veintena de kilómetros cuadrados de territorio ucraniano podrían sublevarse y unirse a Transnitria, ofreciéndole así una salida al Mar Negro, pero Ucrania se vería entonces separada de su apéndice occidental. En el mejor de los casos, para unir territorialmente la península de Crimea con el territorio de Transnitria habría que tomar varios cientos de kilómetros de costa, incluyendo la ciudad de Odesa.

Por lo tanto, continuarán los desórdenes en Ucrania. Con la diferencia de que Estados Unidos y la Unión Europea se verán ahora en la situación del «cazador cazado» y será su turno de enfrentar el caos. Además de la pesada carga financiera, ¿cómo van a arreglárselas para controlar a sus victoriosos aliados nazis y yihadistas? La demostración de fuerza orquestada por Washington se halla ahora a punto de convertirse en un fiasco [13].
Thierry Meyssan

Fuente
Al-Watan (Siria)

NOTAS

[1] «Después de Yugoslavia, ¿le ha llegado el turno a Ucrania?», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 6 de febrero de 2014.
[2] «Conversación entre la secretaria de Estado adjunta y el embajador de Estados Unidos en Ucrania», Oriental Review/Red Voltaire, 8 de febrero de 2014.
[3] «L’Ukraine brade son secteur énergétique aux Occidentaux», por Ivan Lizan, Однако,Red Voltaire, 2 de marzo de 2013.
[4] «Imágenes falsas en Ucrania», Red Voltaire, 6 de febrero de 2014.
[5] «Polonia, nueva cabeza de playa en el plan desestabilizador de la OTAN», por Andrew Korybko, Oriental Review, Red Voltaire, 28 de febrero de 2014.
[6] «Yihadistas dan servicio de seguridad a los manifestantes de Kiev», Red Voltaire, 4 de diciembre de 2013.
[7] «Евротвари выкололи глаз и отрубили руку пленному бойцу», YouTube, 21 de febrero de 2014.
[8] «Golpe de Estado proestadounidense en Ucrania», Red Voltaire, 24 de febrero de 2014.
[9] “Memorandum on Security Assurances in connection with Ukraine’s accession to the Treaty on the Non-Proliferation of Nuclear Weapons”,Voltaire Network, 5 de diciembre de 1994.
[10] «Moscú y Washington se enfrentan en Ucrania», por Emilia Nazarenko; «Ucrania: la calle contra el pueblo», Red Voltaire, 24 y 29 de noviembre de 2004.
[11] «En 1992, Estados Unidos trató de aplastar militarmente la Transnistria», por Thierry Meyssan,Red Voltaire, 17 de abril de 2010.
[12] «Tiraspol, base avancée de l’armée russe?», por Arthur Lepic, Réseau Voltaire, 15 de agosto de 2007.
[13] «¿Puede Washington derrocar tres gobiernos a la vez?», por Thierry Meyssan, Al-Watan (Siria),Red Voltaire, 23 de febrero de 2014.


Interceptada una comunicación que revela los planes de los golpistas de Kiev: bañar de sangre Ucrania

El terrorista Dimitry Yarosh, de “Pravy Sektor”

El golpista Oleg Tyagnibok, de “Svoboda”
Se ha “filtrado” a la prensa ucraniana una información sobre el encuentro mantenido entre los líderes del partido “Svoboda” Tiagnibok y del movimiento ultranacionalista “Praviy Séktor”, Dmitri Yárosh (en la imagen). La cita tuvo lugar el 25 de febrero en un pequeño restaurante de moda en Kiev, “Turguenef”, en la calle Bolshaya Zhitomirskaya. El hecho de que se viesen en un ambiente tan privado, confirma la importancia y confidencialidad del encuentro.

Esta es la transcripción de lo que hablaron:

Yárosh: Oleg, imagino que ya habrás comprendido que pronto se nos van a quitar del medio. Bueno conmigo ya veremos, tengo a todo Maidán detrás, pero a ti seguro.

Tiagnibok: No va a ser fácil que lo consigan, “Svoboda” está ahora en lo más alto.

Yárosh: Tú lo has dicho, “ahora”. No van a dejar que “Svoboda” toque poder. El judío con los sesos revueltos (Klichkó. N de la redacción) y Yatseniuk, te van a quitar del medio. Ya han comenzado a presionar a Yulia. ¿Viste lo que enseñaron en el canal “1+1” sobre Zhenka? (hija de Timoshenko. N. de la T) ¿Cómo reaccionarías tú si sacasen a tu Darinka? Es un sucio encargo. Y espérate…

Tiagnibok: ¿Así que sabes seguro lo de Evguenia?

Yárosh: Sí. Fue personalmente Martynenko el que lo ideó, y Yatseniuk está detrás.

Tiagnibok: ¿Y Yulia Vladímirovna (Timoshenko) lo sabe?

Yárosh: Pienso que lo debe saber.

Tiagnibok: ¿Y qué propones?

Yárosh: Muy sencillo. Nuestros objetivos coinciden. Ambos apostamos por una Ucrania sin judíos ni “katsap” (término despectivo para referirse a los rusos que viven en Ucrania. N de la T.). Yo te ayudo a ti y tú a mí. A Turchinov, Yatseniuk, el boxeador y a Yulia también, lo que más les preocupa es cómo pillar pasta. Además Yulia todavía tiene que vengarse de los que la metieron en la cárcel. Así que son más una molestia que una ayuda.

Tiagnibok: ¿Y qué esperas de mí?

Yárosh: Oleg, yo no necesito ni poder ni dinero. Si quisiera podría tener todo lo que desease. Yo quiero hacer una Ucrania para los ucranianos. Ahora lo que necesito es el cargo de director del SBU (Servicio de Seguridad de Ucrania). Además hay que romper las relaciones de los “bespeki” (agentes de la inteligencia ucraniana) con los “moskali” (otro término despectivo para referirse a los rusos). Saben demasiado de nosotros. Si me ayudas, trabajaremos juntos.

Tiagnibok: Había oído que tu gente te quería colocar en el SBU, pero no pensaba que fuese cierto. ¿Para que necesitas eso? Haz política, tienes un apoyo enorme.

Yárosh: ¿Meterme en política, para qué? ¿para llevar una chaqueta elegante? Tengo fuerza suficiente. Ya se ha terminado el tiempo de tontear con tirachinas. Ahora tengo tantas armas, suficientes para quebrar el espinazo a todos los “ocupantes internos”. Con los recursos del SBU, con mi gente, empezaré poniendo orden en la “katsapschina” (término despectivo para referirse a la Ucrania oriental) y en Crimea. De Sebastopol, los mismos “katsapy” saldrán corriendo. Haremos que la tierra arda bajo sus pies. A todos esos marineritos los estrangularemos en las esquinas, volaremos un par de buques. Saldrán huyendo como ratas y se llevarán a los suyos. Aplastaré a toda esa escoria. Luego empezaré a liarla en las regiones de Vorónezh, Bélgorod, Kursk (regiones rusas. N de la T.). Prepararemos grupos armados de tártaros y los enviaremos al Cáucaso a ayudar al “emirato”. De eso puede encargarse Sachko Muzychko. Tiene experiencia. Los chechenos le respetan. Tenemos contactos. Cuantos más problemas tengan los “moskali” menos nos molestarán. Para entonces habremos cogido fuerzas y nos habremos puesto en pie.

Tiagnibok: Tus planes son los de Napoleón,

Yárosh: Querrás decir los de S. Bandera.

Tiagnibok: ¿Y si se levantan los “katsapy” en Ucrania? En Donetsk, Járkov, Sebastopol, son muchos. Los “regionales” y “komuniaki” (término despectivo para referirse a los comunistas. N de la T.) aún no se han tragado sus dientes.

Yárosh: Se los tragarán, bebiéndose su sangre. Aquí lo que se necesita es eliminar a los más revoltosos y el resto se tranquilizará solo.

Tiagnibok: Es bastante arriesgado. Y no te olvides de Gangadze.

Yárosh: A Kuchma le traicionaron los suyos. Con nosotros no pasará. Sabemos hacer las cosas bien. Con nosotros, no ha habido ninguno que haya vuelto “a la superficie”.

Tiagnibok: ¿Y qué dirá Europa? Con su tolerancia no van a aguantar por mucho más tiempo que haya sangre…

Yárosh: Oleg, vamos a dejar clara una cosa. Estoy dispuesto a aguantar la bufonada esta de la integración europea, mientras no se hable en serio del ingreso en la UE. Antes me abrazo con un cosaco de Kuban, que con un maricón europeo. El ingreso en Europa es la muerte para Ucrania. La muerte para el Estado y para el cristianismo. Queremos una Ucrania para los ucranianos, dirigida por los ucranianos y que no sirva a los intereses de otros. Incluidos América y la UE. Y así ha de ser.

Tiagnibok: Vale, con los “moskali” y Europa está la cosa clara, ¿pero qué piensas de los polacos? Parece que van en serio con sus aspiraciones sobre Volyn. En los mapas ya han empezado a dibujar las “Kresy” (tierras fronterizas del este). Allí son fuertes los sentimientos propolacos. Si no encontramos un idioma común con Europa, nos pueden soltar al “perro polaco”. En enero el “seim” polaco acusó a “Svoboda” de llevar a cabo una política antipolaca. Me llamaron antisemita y rusófobo. Lo que ladraron entonces…

Yárosh: Deberías estar orgulloso. A mí nadie me ha llamado así todavía. Aún se quedó corta la “UPA-OUN” aplastando al ejército de Krajowa. Como levanten la cabeza, les montamos otro Katyn. No daremos ni un metro de tierra ucraniana, ni a los “moskali”, ni a los “Liaji” (polacos), y mucho menos a los judíos. Habrá suficientes palos (donde ahorcarlos) para todos. Lo que te quiero proponer Oleg es lo siguiente: Yo no disuelvo Maidán hasta las presidenciales. Me hago con el control de los principales ministerios y órganos locales de gobierno. Te garantizo el apoyo de nuestro movimiento. Juntos con todas las posibilidades de tu “Svoboda” seremos más fuertes. En la etapa decisiva, si los “patsiuk” (ratas) siguen negociando con Ucrania, volvemos a levantar Maidán y cogemos el poder. El pueblo ya está preparado…

Traducido del ruso por Josafat S. Comín

Fuente: Golos.ua