Solzhenitsyn

“Los dirigentes bolcheviques que tomaron Rusia no eran rusos, ellos odiaban a los rusos y a los cristianos. Impulsados por el odio étnico torturaron y mataron a millones de rusos, sin pizca de remordimiento… El bolchevismo ha comprometido la mayor masacre humana de todos los tiempos. El hecho de que la mayor parte del mundo ignore o sea indiferente a este enorme crimen es prueba de que el dominio del mundo está en manos de sus autores“. Solzhenitsyn

Izquierda-Derecha

El espectro político Izquierda-Derecha es nuestra creación. En realidad, refleja cuidadosamente nuestra minuciosa polarización artificial de la sociedad, dividida en cuestiones menores que impiden que se perciba nuestro poder - (La Tecnocracia oculta del Poder)

sábado, 6 de abril de 2013

Cómo mineralizarse correctamente

MONTSERRAT DE LA TORRE
Los oligoelementos son aquellos minerales necesarios para el desarrollo armónico celular. Están presentes en los alimentos pero en cantidades infinitesimales. A pesar de ello, son imprescindibles para la mayoría de las reacciones bioquímicas del organismo ya que intervienen de manera directa en la síntesis de las hormonas, en la digestión de los alimentos, en la reproducción celular y en el sistema de defensa del cuerpo. Son por tanto factores nutricionales tan indispensables para el organismo como los azúcares, las grasas, las proteínas o las vitaminas.

La alimentación actual suele tener una gran carencia de oligoelementos y muchas pequeñas dolencias son debidas a estas carencias. En la mayoría de los casos se producen por una mala absorción provocada por sustancias que actúan como sus enemigos naturales. Por ejemplo tomar demasiada fibra vegetal puede impedir la asimilación de algunos oligoelementos. El estrés, la contaminación, las dietas desequilibradas y el abuso de determinados medicamentos son también enemigos acérrimos de estos minerales.

¿Cuáles son los oligoelementos más corrientes, para qué sirven y dónde se encuentran?
Zinc
Acelera la cicatrización de las heridas, participa en el buen funcionamiento de la próstata y los ovarios además de favorecer el tránsito intestinal. Se encuentra principalmente en los cereales completos, la levadura de cerveza, el ajo, la cebolla, el germen de trigo y las carnes.

Selenio
Retrasa los procesos de la miopía y neutraliza los radicales libres. Por tanto, retrasa el envejecimiento. Lo podemos encontrar en los cereales completos, la levadura de cerveza, ajo, cebolla, germen de trigo y carnes.

Manganeso
Favorable contra las afecciones del sueño. Los cereales, las almendras, las legumbres, las frutas secas, los pescados y la soja son alimentos ricos en manganeso.

Cobalto
Previene la osteoartritis y es antianémico. Se encuentra en los rábanos, cebollas, coliflores, setas, carnes y crustáceos.

Magnesio
Actúa contra la irritabilidad y el cansancio. El chocolate, las almendras, los bígaros, los cacahuetes, el pan completo y la soja son ricos en magnesio.

Calcio
Imprescindible para la constitución de los huesos y dientes es un buen coagulador de la sangre además de equilibrar nuestro sistema nervioso. La leche, yogures y quesos son alimentos ricos en calcio por excelencia.

Fósforo
Contribuye a la formación de proteínas. Se encuentra en los pescados, los cereales y las carnes.

Hierro
Antianémico. El hígado, las yemas de huevo, las legumbres secas y las carnes son alimentos imprescindibles para mantener un óptimo nivel de hierro en sangre.

Potasio
Favorece los intercambios celulares e intracelulares. Se encuentra principalmente en las frutas frescas, en las legumbres y en los cereales.

Sodio
Actúa en nuestros músculos y aporta una hidratación correcta a nuestro organismo. Sal, queso, pan, conchas y charcuterías son productos ricos en sodio.

Yodo
Constituyente de las hormonas tiroideas, se obtiene principalmente de la sal yodada y de los pescados.

Flúor
Previene la aparición de las caries. El mayor portador de floruro es el pescado, pero también se encuentra en el agua potable y en el té.

Cobre
Previene infecciones de las zonas respiratorias, reumatismos, acelera la síntesis de la queratina y está implicado en el metabolismo del músculo.

Los oligoelementos menos corrientes son el cromo, molibdeno, níquel, arsénico, boro o silicio.

¿Entonces hemos de tomar todos los alimentos mencionados anteriormente para mineralizarnos correctamente?
La respuesta es no, existe una forma mejor de hacerlo, si tomamos todos los alimentos anteriores nos acidificaremos y probablemente enfermemos, por ello recomiendo mineralizarse con agua de mar pues contiene todos los oligoelementos.

Mariano Arnal de la Fundación Aqua Maris lo explica en el siguiente vídeo que recomiendo encarecidamente por la sencillez, claridad y maestría expositiva. 

Si no nos fiamos de beber agua de mar o no tenemos acceso a ella podemos mineralizarnos con sal marina. Al final del post se explica cómo depurar el agua de mar para aquellos que tienen reparos en tomarla sin tratar.


AGUA DE MAR

Las Aguas Minerales
Las aguas minerales son muy preciadas precisamente por sus minerales, puesto que el H2O puro, no es más que el medio mas idóneo para la circulación de los elementos que hacen posible la vida, entre ellos, los minerales. Eso es por lo que se considera que los minerales que tienen esas aguas son sumamente importantes para nuestra salud.

De hecho, hay una gran variedad de aguas minerales, incluso algunas son aptas para el tratamiento de problemas de salud específicos, bien de tipo paliativo como curativo. En todas ellas, es el contenido de minerales el que determina las distintas virtudes de cada agua. Podemos encontrar su uso en balnearios, etc. De esta forma tenemos aguas gaseosas, alcalinas, ferruginosas, sulfurosas, etc.

Todas las aguas minerales que se comercializan tienen una proporción aproximada de minerales de entre 200 y 300 mg/l, y a esto se le conoce como el residuo seco. Todas ellas con una cantidad de minerales disueltos inferior al 0,5 gr/l.

El agua mineral por excelencia - El Agua de Mar
Amantes de las aguas minerales, resulta que el agua de mar supera a todas las aguas del planeta en virtudes minerales. El agua de mar, tiene 36 gr/l, 70 veces más, que las aguas minerales mas mineralizadas, y 200 veces más, que las aguas de baja mineralización. Bien pues para mejorar cualitativamente un agua de baja mineralización, bastaría con añadir 5 ml de agua de mar (el tapón de la botella), para enriquecer dicha agua.

Si lo que queremos es enriquecer en minerales el agua común, hasta la proporción de 1 gr/l, como un litro de agua de mar contiene 36 gr, solo dividiríamos el litro de agua de mar en 36 partes iguales, y una de ellas se la echamos al agua común. Esto correspondería a un chupito. Esto es un agua mineral de lujo, ya que aporta la variedad total de minerales que necesita nuestro organismo, sin alterar los parámetros de nuestra salinidad. El principal valor del agua de mar está en el orden dietético, por lo que no es un medicamento, es algo que debe incorporarse como habitual en nuestra dieta alimentaria.

La importancia de tomar agua de mar radica en que nosotros somos animales terrestres y por eso vivimos en un medio hipotónico, pero nuestras células en cambio y sus invitados, son animales marinos adaptados, que viven en un medio acuático y salino isotónico, en el mar interior que forma nuestro cuerpo. Pues bien, a semejanza del planeta, estamos hechos más de agua que de tierra (minerales solidificados), y esa agua , cuando está sana, es agua de mar isotónica o rebajada a un cuarto de su salinidad, en la que la naturaleza de la sal que nos impregna, es la misma que la del mar. Es la misma agua que lloramos, sudamos, que filtran nuestros riñones, que expelen nuestras glándulas, que circula por nuestras venas, que forma nuestro depósitos linfáticos.

De esta manera, si ingerimos regularmente agua de mar, nos aseguramos de que nuestro sistema hormonal y humoral dispongan de toda la variedad de elementos que necesitan para aprovisionarse.

Prejuicios a la hora de tomar el agua de mar
De todos es sabido, que últimamente las aguas no están muy allá, de la gran contaminación que hay sobre los mares, sin embargo, es algo en lo que no caemos cuando decidimos darnos un baño en la playa.

¿Esta puede ser la razón de no beber el agua de mar, o es su salinidad?
La salinidad, no es ya que tomamos el agua de Carabaña, que es mucho mas salada, unos 86, gr/l, y está indicada para los tratamientos purgantes o como laxante. Además resulta, que las autoridades sanitarias responden durante toda la temporada de baño de la NO contaminación del agua de mar, analizándola todos los días.

Resulta que el agua de mar, es el único agua biológica o agua viva por la que puede circular la energía cargada por tanto con todas las sales que ofrece la naturaleza. Es idéntica al Plasma que circula por los organismos vivos.

Es que sin energía no hay vida, y son los minerales, o las sales, o los elementos en estado iónico llamados electrolitos, los que proporcionan la energía. Para que un agua tenga calidad biológica es imprescindible enriquecerla con minerales o más propiamente con iones de carga negativa (aniones) y de carga positiva (cationes), que nos garanticen el intercambio de energía dentro del organismo. El Agua de Mar es la única que reúne todas las condiciones, ya que en ella están disueltos todos los elementos de la Tabla Periódica, por lo tanto, todos los elementos que se pueden encontrar en la Tierra.

El agua de mar es una disolución de la quintaesencia de la tierra (sal integral) en una proporción de 36 gr/l.

Formas caseras de depurar el agua de mar
Para los que aun desconfían de la inocuidad patógena del agua de mar, y no tienen la economía para comprarla en farmacia, tiene varias formas caseras de depurarla, como veremos a continuación.

.- Una de ellas, y la más utilizada antiguamente es la de hervir el agua de mar. Pierde propiedades, como todo lo que se cuece, pero sigue conservando muchísimas.

.- Otro proceso es el de dejarla al sol, en una botella no totalmente llega, durante todo el día, para que los rayos ultravioletas acaben con los patógenos que pueda tener.

.- El tercer método, es el de someter el agua a la acción de los rayos ultravioletas mediante una lámpara de bajo voltaje diseñada para uso domestico, solo que en este caso hay que comprar la lámpara y no es barata.

Sal común - Cloruro Sódico.
Debido a los intereses de la industria alimentaria, se ha potenciado el uso del cloruro sódico como sal común. Esta sal común (cloruro sódico), tiene un mordiente muy bueno, por lo que facilita el consumo de los alimentos que la llevan. Esto es lo que hace que la industria alimentaria use esta sal y no otra. Pero tiene un inconveniente para nuestra salud, ya que es muy agresiva. Dicha agresividad es neutralizada por las demás sales que tiene la sal marina, por eso se refina la sal, eliminando dichas sales y además, a esta sal refinada se le añade cloruro sódico puro, hidróxido de aluminio para evitar que se apelmace y otros aditivos. En pequeña cantidad, esta sal no es dañina, pero cuando se abusa de ella, afecta al cerebro y es un coadyuvante del Alzheimer, por nombrar un efecto bien conocido.

El verdadero problema para nuestra salud, es la cantidad de alimentos elaborados que consumimos, que todos llevan cloruro sódico para hacer el alimento más atractivo de sabor. Por lo que sin añadir sal a las comidas, podemos estar consumiendo la friolera de 15 gr de cloruro sódico cada día, a los que añadiremos la sal que utilizamos a la hora de hacer de comer.

El 10% del consumo de sal, ya está de forma natural en los alimentos, el 15% lo añadimos en la cocina, y el 75% restante nos lo ha incorporado la industria alimentaria. Nuestros riñones están diseñados para eliminar menos de 10 gr/día.

La medicina ha constatado los tremendos estragos que produce en nuestro organismo el cloruro sódico. Sin embargo no ha podido constatar la toxicidad o inocuidad de la sal marina completa, o del agua de mar, ya que su consumo es muy reducido, y no ha despertado su interés para verificar que es mejor que el cloruro sódico. Pero los pocos estudios que hay, constatan que el agua de mar puede resolver el desequilibrio que genera el cloruro sódico.

Nuestros médicos o terapeutas, saben perfectamente los riesgos del exceso de sal en el organismo. El agua de mar es rica en sales, que no tienen nada que ver con lo peligroso que es el cloruro sódico (sal común). La vida y la salud, requieren del coctel completo de sales que nos ofrece el agua de mar. Pues bien, la sal que tomamos (sal común), en el mejor de los casos, no es más que una sal "refinada", a la que le han quitado las impurezas, dejándola en solo una sal: cloruro sódico (sal común), que se convierte en veneno por ser excesiva y exclusiva.

Todos sabemos que el exceso de sal puede dañar los riñones, y subir la tensión arterial, retención de líquidos, e incluso picar las venas. También se sabe que la escasez de sal, puede dar un bajo tono vital, manifestado en apatía, falta de apetito, baja presión arterial. Por lo tanto el exceso como el defecto son perjudiciales para nuestra salud. En el caso de la sal marina, se sabe que para que haya una intoxicación por ingesta de sal, se necesita consumir de golpe más de 500 gr (13,9 litros de agua de mar).

Nuestra salinidad es la cuarta parte de la cantidad de sales que tiene el mar. El agua de mar tiene 36 gr/l, y una cuarta parte serian 9 gr que si fueran de sal común (cloruro sódico), eso sería una barbaridad, pero resulta que 1/4 de litro de agua de mar no tiene 9 gr de cloruro sódico, sino de 9 gr de un coctel de todas las sales que necesita nuestro organismo con una cantidad de efectos nutricionales, por lo que 1/4 de litro de agua de mar al día está dentro de los parámetros universalmente asumibles, excepto para los que tienen afecciones renales o cardiovasculares.

Cómo y dónde obtener el agua de marEl agua de mar se encuentra en las farmacias en diversos formatos, algunos expresamente para beber, reúnen todas las garantías para ser consumidas. Su inconveniente es el alto precio que hay que pagar por ella.

Otra solución puede ser que nosotros nos proveamos de agua de mar de las playas en las que nos bañamos, con las siguientes consideraciones:

.- Todos los veranos mueren personas ahogadas en el mar, nos pican las medusas, nos accidentamos, nos quemamos con el sol, nos dan cortes de digestión, siempre hay que rescatar a algún que otro deshidratado, pero nunca ha salido una noticia que indique que alguien se intoxicó bebiendo agua de mar, y el que menos, algún buchecito le dio. Esto provocaría el cierre de la playa.

.- Las autoridades sanitarias analizan dos veces al día el agua de mar de las playas públicas. Los análisis se pueden ver en los tableros de anuncios de la misma playa. Si algún día detectan alguna anomalía en el agua, nos ponen bandera roja por contaminación, y nos prohíben bañarnos. Mientras tanto, no corres riesgo por darte un trago de forma involuntaria de dicho agua de mar mientras te bañas.

.- Una vez que vemos que no hay bandera roja por contaminación, podremos llenar algunas botellas de agua de mar para llevarlas a casa con total tranquilidad, ya que el mar es una autentica batidora en movimiento, y no hay manera de que se mantengan unidas las colonias de microbios, y en caso de existir, serian en un número tan pequeño, que serian inofensivos, por no alcanzar la masa crítica capaz de provocar una infección.

.- Además el agua de mar, tiene una riqueza microbiológica extraordinaria. Microbios que están en el medio que les es propio, por lo que los microbios aéreos y terrestres (salinidad de 9 gr/l) están en inferioridad de condiciones frente a los microbios marinos (salinidad de 36 gr/l), ya que están en su propio medio.

.- Una vez visto el tema de la salinidad, todos sabemos que las enfermedades solo pueden prosperar en un medio ácido, y por tanto nuestros patógenos necesitan un PH ácido. Pero el agua de mar es muy alcalina, por lo que no pueden prosperar los microorganismos patógenos para el ser humano.

Cómo obtenerla de forma fiable:
.- Lo primero es elegir una zona en mar abierto o costa rocosa, ya que el agua esta más trabajada.
.- Los únicos lugares con cierta probabilidad de suciedad y contaminación, son las zonas de vertidos y desagües de cualquier género. No es fácil dar con ellos, pero hay que estar atento para evitarlos.
.- Fíese de las banderas de los análisis expuestos en la playa.
.- Si el mar no está movido de manera que revuelva el fondo, cójala con confianza.
.- Para ello entre en el mar con el recipiente tapado hasta que el agua le llegue por lo menos a los hombros. Colóquelo entre las rodillas, sumergido por lo tanto a mas de 1/2 metro de profundidad, y llénelo a esa profundidad, ya que al no estar en la superficie ni en el fondo, tiene la garantía de que ha cogido la mejor que tenía a mano.
.- Si la guarda a temperatura ambiente sin exponerla al sol o luz intensa, le durara una eternidad

Cómo beber agua de mar
Debemos antes aclarar para qué función tomaremos el agua de mar, si es como un complemento alimentario o como tratamiento a alguna patología, o como limpieza del organismo.

1.- En el caso de limpiar nuestro organismo, al tomar el agua de mar necesariamente tiene que tener una función laxante. En caso de estreñimiento, el agua de mar es desde hace miles de años el mejor laxante. En este caso necesitaremos tomar una gran cantidad de agua de mar en un espacio de tiempo limitado.

La purga, ha sido desde siempre, uno de los pilares de nuestra medicina. Ya los griegos sabían que al purgarse con agua de mar, obtenían efectos secundarios positivos, llegando a decir que "El agua de mar, lava todos los males del hombre". Para la purga, necesitaremos tomar un vaso de agua de mar pura (250 ml), si después de esto no se consiguen ablandar las heces, tendríamos que aumentar la dosis, y si salen muy liquidas, entonces deberíamos reducir la dosis.

Efecto purga (abundante agua de mar) actuaría en 10 o 15 minutos.
Efecto laxante (menos cantidad de agua de mar) actuaría en un plazo de hasta 2 días.

Tener en cuenta la absorción de sodio en personas con problemas renales, o insuficiencia cardíaca  También tener en cuenta que las purgas constantes, fatigan los intestinos, irritan la mucosa, y castigan la flora intestinal, por lo que se harán estas purgas de forma excepcional. En el caso de efecto laxante, al tener el agua de mar una gran riqueza de minerales, ayuda a una más rápida regeneración de la flora intestinal.

2.- Otra opción es la de terapéutico-medicinal, en donde la cantidad de agua de mar a tomar, es pequeña, pero durante mucho tiempo. El procedimiento es el siguiente: a un litro de agua mineral, le añadiremos la cantidad correspondiente a un chupito de agua de mar, a tomar a lo largo del día en varias dosis. De esta forma tenemos dos garantías, una de ellas es que no nos salaremos en exceso, y la otra es que no nos deshidrataremos, pero sí habremos triplicado el valor mineromedicinal del agua que bebemos. También podríamos tomarnos el chupito por la mañana en ayunas, y eso activaría nuestros intestinos, pero en esta solución perderíamos parte de su efecto nutricional.

3.- Isotonizar agua de mar. Para ello emplearemos 3/4 litros de agua dulce y le añadiremos 1/4 litro de agua de mar, con lo que conseguiremos un litro de agua que contiene disueltos entre 8 y 9 gr de SAL INTEGRAL, con todos los oligoelementos que pueden estar faltando en nuestra alimentación. De esta forma estamos tomando un agua con la salinidad similar a nuestras lagrimas y demás líquidos que circulan por nuestro cuerpo, tomando una bebida muy adaptada a nuestras necesidades orgánicas. Las bebidas isotónicas, son las indicadas para la recuperación de los deportistas tras un gran esfuerzo, por la pérdida de liquido y sales del organismo como consecuencia del sudor, pero también están indicadas por la deshidratación por diarrea.

4.- También la podemos emplear para cocinar, básicamente para salar los alimentos.

5.- Puede usarse como dentífrico, y en forma de colutorios, de higienizador de la cavidad bucal y sus conductos.

Realmente la lista es más amplia, pero lo esencial es saber que independientemente del uso que le demos, tenemos que hacerlo con sentido común.

Tratamientos con el agua de mar
.- El agua de mar es un excelente purgante y laxante como ya hemos visto, ya que al insistir en ella como tal, la deshidratación que le sigue es creciente, con lo que sin pretenderlo expresamente, se va eliminando el medio interno contaminado. La simple eliminación de toxinas, es muy importante, pero además con el agua de mar se va mineralizando el nuevo medio que sustituye al contaminado, de tal manera que al terminar el proceso de purga, no solo hemos eliminado las toxinas de nuestro cuerpo, sino que además hemos abonado de los minerales que nuestro organismo necesita.

.- También es excelente para tratar la piorrea, o los problemas bucales, con enjuagues bucales continuados. Además se puede decir sin temor a equivocarse, que no hay dentífrico ni colutorio que supere al agua de mar, ya que se basta solo el agua de mar para garantizar por sí misma la mejor higiene dental. Para ello, debemos recrearnos tanto como podamos en esta operación, sobre todo al llegar a la fase de colutorio, sin tener miedo de bebernos el agua a continuación. De esta manera eliminamos las posibles causas externas del mal aliento (piorrea y otras infecciones), eliminando a los patógenos que las causan.

.- Una vez limpia la boca, aun hay un factor que nos interesa corregir, que es el mal aliento que se provoca como consecuencia de un estomago sucio. Para este mal aliento, no existen dentífricos ni colutorios, y el agua de mar es indispensable, ya que solo hay que ingerirla, pero previamente hay que mantenerla en la boca, todo el tiempo posible, e ir tragándola poco a poco, para que continúe su acción en el interior.

.- También se puede utilizar en la inhalación por las fosas nasales, en función de los problemas a abordad o prevenir.

.- Otra utilidad es para corregir la acidez crónica de estomago. Previamente debemos eliminar los alimentos que favorecen dicha acidez. Los alimentos no son realmente la única causa, ya que si no todos los que comemos dichos alientos sufriríamos de acidez. Un solución para la acidez, es el bicarbonato sódico, pero podemos sustituir el bicarbonato sódico, por agua de mar. Los ácidos son necesarios en nuestro organismo, pero cuando los producimos en exceso, se convierten en un peligro, ya que acidifican nuestro cuerpo, siendo el medio propicio para el desarrollo de enfermedades, por lo tanto, el agua de mar bien tomada, puede eliminar dicha acidez, alcalinizando el organismo.

.- También podemos utilizar el agua de mar como regulador dietético, para lo cual tomaremos un vaso de agua isotónica (con agua de mar) 20 o 30 minutos antes de cada comida, de esta forma reduciremos la sensación de hambre, y comeremos con moderación y sin ansiedad.
Advertencia
Le corresponde a cada cual valorar si los posibles efectos secundarios derivados de la inclusión del agua de mar en su dieta, son más dignos de ser tenidos en cuenta que los seguros efectos secundarios que arrastra consigo el empleo de cualquier fármaco al que necesite recurrir para resarcirse del déficit de sales en su organismo.

También es decisión de cada cual, adquirir el agua de mar en farmacia donde nos garantizan la ausencia de microorganismos, metales pesados, y otros ochenta y tantos análisis a los que está sometida el agua de mar para dar una garantía, o la otra opción es tomarla directamente del mar.
Para los que sufren de problemas renales, o cardiovasculares, hay una forma de tomar agua de mar sin ser ingerida, y es mediante la absorción o asimilación sublingual, técnica que se utiliza para la absorción de determinados fármacos y que tan eficaz resulta en crisis cardíacas y en la administración de medicamentos que no deben pasar por el estomago. Se sabe que la mucosa bucal en general y la zona sublingual en particular, tiene una gran capacidad de absorción no solo de fármacos, si no también de nutrientes, evitando de esta forma la exposición del sistema gástrico y del hígado a fármacos problemáticos.

martes, 2 de abril de 2013

El trabajo ha de ser libre: No al trabajo salariado

Vivimos un tiempo en que el espantoso incremento del paro lleva a la izquierda, en particular a la más servil hoy hacia el empresariado, IU, Anguita y sus dependientes, a magnificar más allá de toda medida el trabajo asalariado, presentado como una bendición.

Claro que en el pasado, cuando había más o menos pleno empleo, sucedía lo mismo. El capitalismo era explotador si pagaba salarios bajos pero era excelente si entregaba un buen mazo de billetes al explotado: tal es la lógica de casi todo el “anticapitalismo” en circulación, cuya única ideología es el dinero y el consumo. Viven para el consumo y se movilizan sólo por más consumo. Esa es su razón de ser.

Sus “luchas”, cada vez más ridículas por canijas y patéticas, se encaminan a lograr maximizar el precio de la mano de obra. Quienes las llevan son buenos burgueses que se saben propietarios de una mercancía, su fuerza de trabajo, y desean venderla en las mejores condiciones posibles en el mercado laboral. Para ocultar tan miserable condición, la de afanosos mercaderes de sí mismos y sí mismas, tienden a usar palabritas pretendidamente terribles, como “anticapitalismo”, “movilizaciones” y otras similares.

En estas gentes sólo el dinero cuenta. No tienen auto-respeto, carecen de dignidad, ni siquiera entiende lo que es una vida libre y autodeterminada. Si hay dinero de por medio, si el empresario paga bien, éste es el mejor de los mundos, si paga mal, entonces amenazan con no se sabe bien qué apocalipsis, ellos que no tienen ya ánimos ni para matar una mosca.

Las luchas salariales, cuando están fuera de una estrategia revolucionaria y, además, se convierten en la tarea principal, o incluso única, son reaccionarias. Refuerzan el mundo de lo mercantil, magnifican el dinero y dinamizan al capitalismo, al estimularle a elevarse a formas más eficientes de explotación de la mano de obra, con uso de sistemas tecnológicos crecientemente perfeccionados y, por ello más y más letales para la esencia concreta humana y la condición obrera.

Las reivindicaciones salariales ajenas del contexto de una estrategia revolucionaria son, por tanto, una forma como otra cualquiera de competencia capitalista, similar a las que libran los empresarios entre sí. No tienen nada de anticapitalista sin comillas, pues a través de ellas el capitalismo se perfecciona paso a paso. En ellas no está “la revolución social” sino la más ramplona y grosera reacción.

Hemos dicho “estrategia revolucionaria” y, ¿cuál puede ser ésta? Pues precisamente poner fin al salariado para realizar el trabajo libre, terminar con la auto-venta de la mano de obra, hacer que la libertad civil impere en la unidad productiva, derrocar la tiranía horrorosa del empleador, del empresario y sus sayones, en el centro de trabajo, fábrica u oficina, para convertirlo en un espacio de concordia y hermandad, al no haber más que trabajadoras y trabajadores libremente asociados, una vez expropiados los explotadores.

La meta no son los altos salarios, no es el consumo, no es venderse por más dinero. Es vivir con libertad, dominando la totalidad de las condiciones de la propia existencia, las del acto productivo, laboral, creados de las condiciones materiales de la existencia, en primer lugar.

El trabajo asalariado, sobre todo el que está mejor pagado, es un atentado a la esencia concreta humana, o dicho más llanamente: no se puede ser persona en todo el sentido grande y magnífico que tiene esa palabra si se padece el régimen salarial.

Éste, en el asalariado y en la asalariada, destruye la inteligencia, tritura el sentido moral, anula las facultades relacionales, devasta la sensibilidad, refuerza hasta límites pasmosos el egoísmo, aniquila el libre albedrio y arrasa el sentido de la propia dignidad. Convierte a la persona en un bruto, en una devastada criatura que obedece órdenes ilegítimas, que soporta humillaciones sin cuento, que ha de hacer delegación de todo lo que tiene de mejor en unos sujetos feroces y zafios, los jefes y jefecillos, que someten a la gente asalariada a sus demasías, chulerías, atrocidades, incompetencias, sadismos y vandalismos.

Hay pues que hacer la revolución social-integral poniendo fin al trabajo asalariado.

Pero, ¿quién preconiza hoy el fin del trabajo asalariado, la liberación de esa maldición, de ese horror, de esa pesadilla? Pues casi nadie. Nuestra patética “radicalidad”, socialdemócrata a la manera de Chomsky, está perpetuamente concentrada en “luchas” por más dinero, ahora contra los recortes, ayer por mayores salarios, nunca por liquidar de una vez y para siempre el trabajo a cambio de un salario.

El libro que mejor, quizá, denuncia la perfidia ilimitada del régimen salarial es “Trabajo y capital monopolista. La degradación del trabajo en el siglo XX”, de Harry Braverman. Demuestra con testimonios tan dramáticos como irrefutables que el capitalismo es incompatible con lo humano, en particular el capitalismo que se sirve de la tecnología a gran escala y que organiza “científicamente” la producción. De tales “maravillas” salen seres subhumanos, desventuradas criaturas que en el acto productivo, impuesto y forzado, pierden lo que tienen de más magnifico, su condición de seres humanos.

Braverman nos viene a decir que no hay sociedad humana, ni sociedad ética, ni sociedad a secas sin liquidar el régimen salarial, y que éste es tanto más atroz e intolerable cuanto más altos salarios paga…

Sin poner fin al salariado es imposible regenerar la sociedad y rehumanizar al individuo. El eticismo, o el culturalismo, y también el politicismo, de algunos autores yerran por cuanto hay un problema estructural previo y básico, la adquisición de la libertad civil en el acto de trabajar, la realización de la producción a través de los procedimientos de la autogestión, con el trabajo libre asociado.

Otro libro magnífico en la denuncia es “La condición obrera” de Simone Weil. Llega exactamente a las mismas conclusiones que Braverman. Es escandaloso que mientras Simone explica que la producción fabril asalariada y maquinizada tiene como meta destruir al ser humano, el feminismo machista defienda que esa misma producción, que aquella mujer maravillosa y modélica presenta como el infierno realizado, sea excelente para “liberar” a las mujeres…

Ahí nos topamos de nuevo con lo que es el feminismo, un modo de destruir a las mujeres en beneficio de la clase capitalista, que está entusiasmada con esa apología del capital. Como dice una querida amiga, mientras los hombres sólo están obligados a sufrir y soportar el régimen salarial a las mujeres se las obliga (lo hace el feminismo) además a venerarlo y amarlo, devastándolas por partida doble… Ahora se entiende por qué aquél es promovido, hiper-financiado, por la gran empresa capitalista [1].

Tenemos que poner fin a la grosera mentalidad socialdemócrata que llama “anticapitalismo” a exigir más altos salarios, más dinero, más consumo, más deshumanización por tanto, para crear un gran movimiento de denuncia del salariado en sí y por sí, especialmente del que sufren y padecen las mujeres trabajadoras, para abrir camino a una lucha por una sociedad en que las personas sean lo que parecen, a saber, seres humanos.

Para ello tenemos que alcanzar un pacto por la revolución, cuyo fundamento ha de ser el acuerdo compartido de que seguiremos a delante hasta poner fin al capitalismo, al salariado, conquistando la libertad en el acto de trabajar, que es la precondición de una sociedad libre, de seres humanos, de mujeres plenamente realizadas, de hombres liberados de las lacras del nuevo régimen neo-servil, el salariado contemporáneo.

[1] El feminismo misógino y exterminacionista, que no para de perorar contra la “violencia de género” en el hogar y sólo en el hogar, “olvida” que donde hoy las mujeres son vejadas, violentadas y violadas en masa, por los jefecillos varones y por las jefecillas lesbianas, es en las empresas capitalistas. Mientras por la calle circulan historias terribles de violaciones masivas en las empresas, ese feminismo, siempre muy hábil en evitar lo que le afecte al propio negocio, servir con el fanatismo neonazi que le caracteriza a la clase empresarial, al parecer no se entera de nada.