Solzhenitsyn

“Los dirigentes bolcheviques que tomaron Rusia no eran rusos, ellos odiaban a los rusos y a los cristianos. Impulsados por el odio étnico torturaron y mataron a millones de rusos, sin pizca de remordimiento… El bolchevismo ha comprometido la mayor masacre humana de todos los tiempos. El hecho de que la mayor parte del mundo ignore o sea indiferente a este enorme crimen es prueba de que el dominio del mundo está en manos de sus autores“. Solzhenitsyn

Izquierda-Derecha

El espectro político Izquierda-Derecha es nuestra creación. En realidad, refleja cuidadosamente nuestra minuciosa polarización artificial de la sociedad, dividida en cuestiones menores que impiden que se perciba nuestro poder - (La Tecnocracia oculta del Poder)

sábado, 6 de octubre de 2012

Las inexistentes profecías mayas sobre el 2012

Dado que en poco tiempo vamos a llegar al 21-12-2012 me ha parecido interesante publicar un artículo que desmonta el mito de las profecías mayas del 2012. Simplemente no hay tales profecías, por tanto difícilmente puede pasar nada en esa fecha que se base en los mayas.

Tengo ganas que llegue el 21-12 para leer a algunos de los agoreros y catastrofistas. Aunque la imaginación humana siempre puede encontrar nuevas fechas o "explicar" las profecías fallidas.

Vivimos tiempos extraños abiertos a todas las posibilidades.


APOCALIPSIS MAYA: Un Mito de Nuestros Tiempos



Escrito por Carlos Mesa.

No iba a escribir sobre ello, pero son muchos los que me preguntan sobre las profecías mayas y el supuesto fin del mundo en el 2012. Así que me dispuse a averiguar la verdad sobre esta historia. El resultado tiene bastante de malo, puesto que en lo esencial parece que hay mucho bulo, si bien es cierto que algunas fuentes apuntan sobre ciertas profecías que nada tienen que ver con los mayas. Por honor a la verdad es conveniente escribir sobre ello, pues de otra forma es lógico que la ciencia más empírica trate de charlatanes a los catastrofistas y proféticos. Además, no hay que esperar a fechas concretas para ver el llamado cambio de conciencia global, porque el paradigma de la nueva conciencia ya se está produciendo en estos momentos.

¿De dónde ha salido esta locura sobre el final de los tiempos? De entrada, el citado armagedón no tendrá lugar el 31 de diciembre de 2012, sino el 21 de diciembre, partiendo de un supuesto año 0 de los mayas, del que luego hablaremos. ¿Y por qué esta fecha apocalíptica? Pues porque a alguien se le ocurrió decir que así finaliza el calendario maya.

El mentado calendario fue creado por una civilización avanzada, los Mayas, de los cuales se tiene noticia desde el 1.000 a.C hasta el 1.687 d.C. Pruebas del imperio maya se extienden por la mayor parte de los estados sureños de México y por localizaciones de Guatemala, Bélice, El Salvador y parte de Honduras.

Los habitantes del imperio maya dominaban la escritura y tenían una asombrosa habilidad para construir ciudades y la planificación urbana.
Probablemente los mayas son más conocidos por sus pirámides y otros edificios intrincados y magníficos, ejerciendo un gran impacto en la cultura de América Central, no sólo en su civilización, sino también en otros pueblos indígenas de la región. Un número importante de mayas vive actualmente y mantiene sus antiguas tradiciones, habiendo hasta un total de 44 dialectos diferentes derivados de la lengua maya original.

Los mayas utilizaron muchos calendarios diferentes y concibieron al tiempo como un engranaje de ciclos espirituales. Si bien los calendarios tenían usos prácticos (social, agrícola, comercial y administrativo) también contenían un elemento religioso muy importante. Cada día tenía un espíritu protector, lo que significa que cada día tenía un uso específico. Esto está en abierto contraste con nuestro moderno calendario gregoriano, que fija sobre todo las fechas administrativas, sociales y económicas.

Los mayas usaron tres sistemas de calendario diferentes (y algunas variaciones dentro de los sistemas). Los tres sistemas se conocen como el tzolkin (el calendario sagrado), el haab (el calendario civil) y el sistema de la cuenta larga.


El tzolkin es un ciclo de 260 días y el haab es un ciclo de 365 días, de los que luego hablaremos. Si se combinan el ciclo del tzolkin y el ciclo del haab se produce un ciclo de 18.980 días, conocido como la ronda del calendario, es decir 18.980 días que son algo menos de 52 años solares. Así los mayas no podrían usar simplemente una fecha del tzolkin-haab para identificar un día en un periodo de varios cientos años, ya que habría varios días dentro de este periodo con la misma fecha del tzolkin-haab.

Los mayas superaron este problema usando un tercer calendario que les permitió identificar un día singular dentro de un periodo de varios miles de días. Para hacer esto usaron un sistema vigesimal (con base 20) de número de lugar-valor, análogo a nuestro sistema de número de lugar-valor decimal.

Los mayas usaron un único sistema vigesimal para contar objetos, aunque modificado al contar los días. En un puro sistema vigesimal cada lugar en un número está ocupado por un número de 0 a 19, y ese número se entiende que debe ser multiplicado por 20. Según este sistema, he aquí un ejemplo:

2.3.4 = 2*20*20 + 3*20 + 4*1 = 864

Al contar días, sin embargo, los mayas usaron un sistema basado en la posición, en donde el primer lugar (como de costumbre) tenía un valor de 1; el segundo lugar el 1, tenía un valor de 20; pero el tercer lugar no tenía un valor de 400 (20*20), sino de 360 (18*20). Esto podría deberse al hecho que con el 360 están cerca de la duración del año en días, que luego se variaba sumando días con el transcurrir de los años. El valor de cifras más grandes continuaría de esta forma: 7.200 (20*18*20), 144.000 (20*20*18*20), etc. Según este sistema tendríamos:

1.3.5.7 = 1*20*18*20 + 3*18*20 + 5*20 + 7*1 = 8.387

Una fecha de la cuenta larga maya es un número vigesimal modificado (como se describió anteriormente) compuesto de cinco lugares, ej. 9.11.16.0.0, e interpretado como una cuenta de días con base en alguna fecha. Hay muchas fechas de la cuenta larga inscritas en las estelas y escritas en los códices. El cálculo del equivalente decimal de una cuenta larga equivale a una cantidad en días. Este se considera como un número de días contados a partir de un determinado día en el pasado. Se supone que el número de días comienza desde el día 0.0.0.0.0. Pero la pregunta obvia es: ¿qué día se usó como la fecha base? ¿Y qué día fue ese en términos del calendario Occidental?

Los mayas tenían nombres para períodos que constan de 20 días, 360 días, 7.200 días, por ejemplo, de acuerdo con su sistema vigesimal modificado de contar días. Un día es denominado como Kin. Veinte Kines hacen un Uinal, 18 uinales un Tun, 20 tuns un Katun, y 20 katunes un Baktun. Así queda la cosa:

1 kin = 1 día
1 uinal = 20 kines = 20 días
1 tun = 18 uinales = 360 días
1 katun = 20 tunes = 7.200 días
1 baktun = 20 katunes = 144.000 días

Los números en los cinco lugares del calendario de la cuenta larga son como sigue:

baktunes . katunes . tunes . uninales . kines

Así, por ejemplo, 9.15.9.0.1 implica una cuenta de 9 baktunes, 15 katunes, 9 tunes, ningún uinal y 1 kin, o en otras palabras, 9*144.000 + 15*7.200 + 9*360 + 0*20 + 1*1 días, o bien 1.407.201 días. Se trata de una cuenta de días que comienza desde la fecha base maya del 0.0.0.0.0.

La mayoría de las fechas de la cuenta larga que se encuentran en las inscripciones de piedra tienen una fecha del baktun de 9. El periodo 9.0.0.0.0. hasta el 10.0.0.0.0, del periodo maya Clásico, es considerado hoy por los arqueólogos como el periodo (aproximadamente) del 436 D.C. hasta 829 D.C. Hay, sin embargo, algunas anomalías extrañas. Se descubrieron dos fechas de la cuenta larga (encontradas en Palenque) como 1.18.5.4.0 y 1.18.5.3.6 (14 días antes) que son unos 2.794 años solares antes de 9.0.0.0.0. ¿No habiendo evidencia de la existencia de los mayas hasta el 1.000 a.C., ¿qué podrían estar significando estas antiquísimas fechas de la cuenta larga ?

Podríamos esperar una siguiente unidad después del baktun consistente en 20 baktunes, y efectivamente existe y se llama pictun. Sin embargo, ninguna fecha de la cuenta larga se ha encontrado con una cuenta de más de 12 baktunes, excepto 13.0.0.0.0. Y aquí es donde los catastrófistas se amparan para afirmar que el sistema de la cuenta larga maya 13.0.0.0.0 marca el principio de un nueva era, y que éste, no se sabe por qué razón, equivale a 0.0.0.0.0.

Vayamos a otro calendario, el tzolkin, a veces conocido como el calendario sagrado, un ciclo de 260 días, donde cada día del tzolkin es denominado por una combinación de un número del 1 a 13 y un nombre de la serie de veinte, en el orden: lmix, lk, Akbal, Kan, etc.

El día corre a través de los números y a través de los nombres, independientemente. La sucesión de días del tzolkin funciona así :

1 Imix
2 Ik
3 Akbal
4 Kan
. . .
13 Ben
1 Ix (aquí repetimos los números)
2 Men
3 Cib
4 Caban
5 Edznab
6 Cauac
7 Ahau
8 Imix (se repiten los 20 días)
9 Ik
10 Akbal
. . .

Hay 260 fechas diferentes en esta sucesión. Esto es porque 260 es el mínimo común múltiplo de 13 y 20. Así el ciclo de (13) números de días del tzolkin combinados con (20) los nombres de días del tzolkin se repite cada 260 días.

Para explicar este calendario de 260 días, se ha especulado que los mayas escogieron este número de días porque su conocimiento astronómico admirablemente avanzado les reveló que un período de 260 días cuadra bien con ciertos períodos astronómicos, como los años con eclipse. Una explicación más prosaica es que había originalmente dos ramas de la sociedad maya, una de las cuales usó un ciclo numerado de 13 días y la otra un ciclo denominado de 20 días . Y es que hay una serie de trece dioses mayas que pueden ser el origen de los 13 días numerados, similar a nuestra semana.

Se deduce que en algún punto de la historia maya temprana los dos grupos se unieron, combinando los dos calendarios para que ningún grupo perdiera su método de contar los días, produciendo así el ciclo de 260 días descrito anteriormente.

Los mayas también mantuvieron un calendario llamado “civil” el calendario “haab”. Este era similar a nuestro calendario actual, ya que contiene meses (19) y los meses se dividen en días (20) numerados de 0 a 19. A diferencia de nuestro calendario, el ciclo del haab se compone de dieciocho meses de veinte días cada uno, más uno de cinco días al final del año.

Los cinco días extras formaron el mes de Uayeb, y son anónimos. Los cinco días “anónimos” fueron considerados desafortunados. Nadie se casaría en Uayeb. El ciclo del haab consistió así en 18*20 + 5 = 365 días, el número íntegro de días mas cercano al real año solar de 365,2422 días solares.

La sucesión de días desde el primer día del año hasta el último se cuenta como sigue:

0 Pop
1 Pop

19 Pop

0 Zip
1 Zip

19 Zip

0 Zodz

… (y así sucesivamente hasta el 18º mes) :

19 Cumku

0 Uayeb

4 Uayeb

Para la mayor parte de la historia maya el primer día de Pop fue denominado como 0 Pop y el último, 19 Pop.

Respondamos a una gran pregunta que hace un momento nos desconcertaba. ¿Cuándo comienza el año cero de los mayas, o sea el 0.0.0.0.0?

Pues parece ser que la repetición de una misma fecha de la cuenta larga con una fecha del tzolkin-haab sólo ocurre una vez cada 136.656.000 días (aproximadamente 374.152 años o 73 eras mayas). Este ciclo de tiempo se conoce como Era Maya que, según la correlación de algunos, debió de comenzar el 11 de Agosto del 3114 a.C., aproximadamente, con lo cual sí terminaría el 21 de diciembre del 2012 (¿?) de nuestra era, o sea el 13.0.0.0. Aunque el 13, como se vio, no es el número final, sino el 20; así que luego daremos la fecha final auténtica y real del calendario maya.

De todos los problemas tratados por los estudiosos de los mayas, el problema de la correlación es el más importante. Sólo con una solución a este problema podemos localizar el fenómeno de la civilización maya en un marco de tiempo relacionado con el nuestro; es decir, dónde está el año cero de los mayas.

El problema de la correlación es el problema del hallazgo de un día determinado que se identifique por una fecha Occidental y por una fecha maya, simultáneamente, permitiendo igualar la fecha Occidental con la fecha maya. Una vez hecho esto, la conversión de cualquier fecha de un sistema a una fecha en el otro se haría posible.

Un número de la correlación correcto debería estar de acuerdo con:

  • Datos de la tabla de Venus en el Códice de Dresden.
  • La mayoría de los datos del tzolkin sobrevivientes entre los mayas a la post-conquista.
  • Los archivos del obispo de Landa del siglo XVI sobre el asunto.
  • Los archivos aztecas a la llegada de Cortes.
  • La información lunar encontrada en las estelas.


Numerosos estudiosos han sugerido diferentes valores para el número de la correlación. La respuesta normalmente aceptada es 584.283, número sugerido por S.E.J. Thompson, ésta es la llamada “correlación Thompson”. Otros estudiosos han hecho pensar en otras correlaciones, desde 482.699 (Smiley) hasta 774.078 (Weitzel). ¿Por qué se toma en consideración la correlación de Thompson y no otras? Ni se sabe, Yo mismo he sido incapaz de entender la lógica de Thompson para dar a entender que la fecha 0.0.0.0.0 corresponde al 11 de agosto del 3.114 a.C. Y eso que se supone que debería entender de números, porque aparte de una carrera de Periodismo cuento con una Ingenieria Técnica de Sistemas Informáticos.

Ya sé que la mayoría dan por válido el año 0 maya como 3.113 a.C., pero esto es debido a una equivocación del sistema astronómico de denotar años; el año -3113 es el año -3114 a.C., ya que el año 0 de nuestro calendario nunca existió. Se supone que damos por válido que Jesús de Nazaret nació en el llamado año 1 (luego lo explicamos).

Hay una manera de terminar con el problema de la verdadera fecha de correlación de una vez por todas. Se basaría en descubrir en los códices mayas una referencia clara a un eclipse (completo con fecha de la cuenta larga) que pueda ser determinado también por los astrónomos, ocurrido en una fecha exacta del calendario europeo. Los eclipses solares son los mas aptos, porque ellos sólo son visibles en un área restringida (mientras que los eclipses lunares pueden verse sobre la mayor parte del hemisferio terrestre en la noche), lo que significaría que también serían vistos en los territorios mayas. Varios estudiosos (ej. Owen y Smiley) han buscado un evento que pueda identificarse de igual manera en los sistemas del calendario maya y Occidental, con fechas o fenómenos astronómicos conocidos. Sin embargo, las malas noticias es que hasta la fecha no se ha encontrado un evento conocido que se dé como válido. Por lo tanto, no hay una fecha de correlación válida y oficial, y esa es la auténtica verdad, le pese a quien le pese.

Prosigamos. Habíamos visto que algunos catastrófistas se amparaban en la fecha del 13.0.0.0.0 para hacer sus cálculos y afirmar que ésta correspondía, partiendo del año cero de los mayas, propuesto por la correlación de Thompson, al 21 de diciembre de 2013. Todo ello sin tener en cuenta un ajuste en el calendario del que hablaremos enseguida.

Pero si el sistema base de los mayas es el 20, con números comprendidos entre el 0 y el 19, ya que los mayas eran de los pocos que conocían la existencia del 0 y lo usaban… repito, ¿cuándo debería finalizar el calendario maya?

El calendario maya debería terminar el 19.19.19.17.19 (ese 17 en medio es porque, recordemos, esta posición únicamente es múltiplo de 18), es decir, que estaríamos hablando del 13 de agosto de 4.771. Hay inscripciones mayas en las que se nombran fechas posteriores a ésta, lo cual quiere decir que su mundo todavía iba mucho más allá, acabando con la teoría del apocalipsis de los catastrofistas.

Nos hemos saltado un hecho de interés. En 1582 el Papa Gregorio XIII creó el calendario gregoriano en el que hizo un ajuste de fechas para que coincidiese exactamente con las cuatro estaciones del año, ya que con el paso del tiempo se habían producido desajustes. Además, eliminó 3 años bisiestos cada 400 años.

La cosa quedó como sigue:
Sería bisiesto aquel año cuya cifra sea divisible por 4, excepto los años seculares, múltiplos de 100, los cuales serían bisiestos únicamente si son divisibles por 400 (por ejemplo, 1900 no fue bisiesto, 2000 sí lo fue, pero el 2100 no lo será).

Dado que desde la vigencia del calendario Juliano se habían considerado como bisiestos años que no debieron serlo y había ya un error acumulado de 10 días, se quitarían 10 días al calendario: el día siguiente al 4 de octubre de 1582 (la fiesta de San Francisco de Asís) sería llamada a ser 15 de octubre (este año de 1582 es el año más corto de la cristiandad, con 355 días; y los días del 5 al 14 de octubre de ese año ni siquiera existieron).

Para más desfase, el papa romano Hormisdas (514-523), motivado por la imprecisión que había para contar los años en esa época, los cuales se contaban según la conveniencia particular del mundo cristiano, unos a partir de la fecha de la mítica fundación de Roma “ab urbe condita” (753 a.C.) y referencia del inicio del calendario romano, y otros lo contaban partiendo de la era del emperador romano Diocleciano (el año 284 d.C.), conocedor de los estudios que realizaba Dionisio, le ordenó que calculara la fecha de nacimiento de Jesús de Nazaret y que a partir de ahí se usara ésta para contar los años.

Dionisio estableció el año en que supuestamente había nacido Jesucristo “ab incartione Domino”. Esta fecha la fijó a los 754 años de la fundación de Roma “ab urbe condita”, y mantuvo como el día del nacimiento el 25 de diciembre, igual como lo había establecido el papa romano Julio I (280-352), quién tomó el día que se celebraba la fiesta pagana romana “Hagia Fota” (Sol invencible) como el nacimiento de Jesús; el año comenzaría en el mes de enero, como había sido establecido en el calendario juliano.

Dionisio carecía de la noción del cero como número (concepto que desde la India fue transmitido a los árabes, y sólo llego a Occidente varios siglos después), por tal motivo inició la historia del cristianismo el año uno “Anno Domine”, o sea al comienzo de la “era cristiana”; con Dionisio, el cristianismo se apropió de la era nacida y por venir “per saécula saeculórum”.

Dionisio, tuvo varios errores: uno de ellos fue motivado por desconocer el número cero, y empezar la era con el año uno, y lo más importante para los cristianos, fue que se equivocó por 6 años de la fecha real del nacimiento de Jesucristo (el rey Herodes El Grande falleció en el año 4 a.C.).

¿Y qué tiene esto que ver que nuestro calendario? Pues que lo siento por ti, lector, pero no vives en el 2009, fecha en la que escribo esto, sino en 2009 menos los 6 años de error de Dionisio, más uno más producto de contar desde el 0, como se hizo a posteriori. Y ahora viene lo malo para los catastrofistas, si nos basamos en su fecha del 21 de diciembre de 2012 como válida, dando por buena la correlación de Thompson y haciendo caso omiso a que el calendario maya es de base 20. Y es que el 21 de diciembre de 2012 ya ha tenido lugar, concretamente fue el 21 de diciembre de 2005 de nuestra era. Oh, vaya, ¡qué desilusión! Y no ha habido armagedón ni día del juicio final, ni hemos sufrido un cambio de conciencia global que haya hecho que nuestra civilización se tambalee y vuelva a comenzar.

Todo esto suena muy interesante, pero ¿qué tiene que ver con el fin del mundo? Las supuestas profecías mayas se basan por completo en el supuesto de que algo malo va a ocurrir cuando el calendario maya de la Cuenta Larga se termine, como acabo de citar. Y para ello se basan en unas profecías mayas “secretas” que debieron encontrarse en alguna parte. El problema radica en que por más que busque uno esa profecías, los códices donde se citan, o deberían citarse, no aparecen por ninguna parte.

martes, 2 de octubre de 2012

Israel al acecho

Infokrisis.- ¿Qué está pasando en Siria? Hace falta plantearse en batería una serie de cuestiones sin las que es imposible entender y valorar lo que está pasando en ese país. Digamos para empezar que el régimen sirio es como cualquier otro régimen árabe laico, alejado de una democracia pero alejado también del fundamentalismo islámico. Tolerante en lo relativo al origen religioso de sus funcionarios, tiene, como cualquier otro régimen no europeo, un modelo que no es, desde luego, democrático (¿por qué habría de serlo, por cierto? O es que obligatoriamente los países no europeos deben ser democracias a la europea, como si esta forma de gobierno fuera la panacea…). Gobierna el Baas, partido laico que ha generado unos niveles de corrupción que no son ni mejores ni peores que los de cualquier otro país de la zona. Dicho lo cual, vale la pena formular tres preguntas:

- ¿Por qué se está desestabilizando al régimen baasista sirio? Es fácil entenderlo si tenemos en cuenta la situación geopolítica de este país. En efecto, Siria, situada entre Israel e Irán es el paso obligado para un eventual ataque aéreo de Israel contra las instalaciones nucleares iraníes. El régimen baasista sirio es aliado del régimen iraní. Mientras, Siria siga manteniendo ese estatus le va a ser muy difícil a la aviación judía salir indemne de un vuelo de ida y vuelta sobre 800-1.000 km de territorio hostil dotado de mísiles tierra-aire de fabricación rusa. Para poder realizar esa incursión –vital para la subsistencia del Estado de Israel- será preciso desestabilizar por completo al régimen sirio y lograr que ocurra lo mismo que sucedió en Libia en las últimas semanas del régimen de Gadafi: que el ejército se desmorone y el país caiga en el caos.

- ¿Por qué Israel estaría interesado en atacar a Irán? Porque Irán tiene la ambición de convertirse en la potencia hegemónica de la zona y lo hará esgrimiendo el factor religioso. De la misma forma que la democracia americana exporta neoliberalismo, los regímenes comunistas justificaban su dominio sobre la sociedad sobre el marxismo, el régimen iraní se justifica a sí mismo mediante el factor religioso y mediante la fe coránica. Históricamente, el enemigo de los países árabes es el Estado de Israel. Mientras los judíos han tenido la bomba atómica (y no han firmado el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares), la existencia de Israel no ha corrido peligro. Pero ahora, Irán está a punto de poder fabricar ingenios nucleares y ya está ensayando vectores de largo alcance para situarlos sobre la vertical de Tel-Aviv o Haifa. Cuando el programa nuclear iraní haya llegado a su fin, Israel habrá perdido la hegemonía militar en la zona.

- ¿Qué puede ocurrir si se produce el ataque? En caso de que los aviones judíos ataquen las instalaciones nucleares iraníes es fácil prever que Irán respondería culpabilizando a EEUU y a sus aliados de haber facilitado el ataque, exigiría represalias diplomáticas y económicas contra Israel y bloquearía el Estrecho de Ormuz a través del cual pasa la mayor parte de petróleo de Oriente Medio a Europa a través de superpetroleros. Eso precipitaría el conflicto con EEUU a la vista de que, desde la llamada “Doctrina Carter”, la amenaza contra los suministros energéticos norteamericanos será, en cualquier caso, considerada como un “casus belli”. Es fácil suponer que los gobiernos europeos, incluido el español –y casi diríamos, especialmente el español- se verían arrastrados por el consorcio EEUU-OTAN al conflicto e incluso que este conflicto podría generar en toda Europa trastornos con los 20 millones de inmigrantes en su mayoría árabes o de religión islámica que se encuentran en el Viejo Continente.

- ¿Por qué una guerra ahora en Oriente Medio? Es bien simple: desde hace cuatro años ha ido cobrando forma la idea de que solamente una guerra de destrucción masiva puede salvar al capitalismo y poner en marcha de nuevo los mecanismos de producción y consumo. No es la primera vez que se resuelve una crisis del capitalismo recurriendo a la guerra. De hecho, la crisis de 1929 no se superó en EEUU ni con el new-deal rooseveltiano, ni con una década de espera, la crisis se superó solamente cuando Inglaterra y Francia declararon la guerra a Alemania a causa de un conflicto fronterizo intrascendente (por la ciudad libre de Danzig). Solamente, a partir de ese momento, las fábricas norteamericanas empezaron a producir armamento de nuevo y esa producción arrastró al resto de sectores, de la misma forma que luego, tras 1945, la reconstrucción de Europa consolidó el poder hegemónico de EEUU sobre media Europa. La crisis de 1929 fue un juego de niños comparado con la que se generó a partir del verano de 2007 con la crisis de las subprimes que contaminó a todo el sistema financiero mundial, evaporó activos en segundos y generó un estallido económico que todavía no ha terminado y que ha mutado en Europa en crisis de la deuda soberana. A partir de la reunión de Sitges del Club Bilderberg, el estado mayor de la alta finanza, de los consorcios económicos e informativos y de la clase política, llegaron a la conclusión de que solamente una guerra pondría en marcha de nuevo al capitalismo y que esa guerra solamente podía tener un escenario: Oriente Medio. Hay que recordar que buena parte de los “señores del dinero son de origen judío… pero no son sionistas y son ellos los que hoy están pagando buena parte del déficit del Estado de Israel. Su desaparición les tiene absolutamente sin cuidado e incluso les puede beneficiar en su irreprimible tendencia a presentarse como víctimas (los ecos del “holocausto” se van extinguiendo y, entre otros, por acción del régimen iraní, cada vez surgen más dudas sobre lo que ocurrió en aquellos años). Este escenario del conflicto ha sido elegido además por imposibilidad de encontrar otros teatros de destrucción masiva: imposible en Europa (la “Unión Europea” empezó a formarse de hecho para evitar que Francia y Alemania se enzarzasen en una cuarta guerra en menos de cinco generaciones que sería la definitiva), imposible en Cachemira (tanto India como Pakistán son conscientes de que un conflicto les arruinaría y les haría perder las cuotas de mercado que hoy tienen y les imposibilitaría por mucho tiempo para ser potencias regionales), imposible en África (por muchas guerras que hubieran las destrucciones hubieran sido débiles y el gasto armamentístico limitado a la vista de que las grandes masacres en ese continente todavía se realizan a machetazos), imposible en Iberoamérica (en donde las tensiones regionales entre todos los países –tensiones que existen- no son lo suficientemente fuertes como para llegar a conflictos armados de gran calado, sino que, como máximo apenas pueden llegar al nivel de choques fronterizos y más bien a choques verbales entre mandatarios). Así pues, solamente quedaba Oriente Medio en donde la incapacidad de judíos y árabes para sentar las bases de una paz duradera y los odios atávicos entre ambos, presentan las mejores condiciones para un conflicto de proporciones regionales.

- ¿Y quién piensa en los millones que van a morir? Quizás lo más terrible de todo este escenario es la frialdad con la que unos miserables atrincherados en los rascacielos desde donde se dirige la alta finanza internacional decidan, con el visto bueno de una clase política que solamente piensa en seguir comiendo de la mano de los poderosos, el destino de millones de personas. Resulta absolutamente intolerable que individuos que detentan acumulaciones inhumanas de capital piensen día y noche en acumular todavía más en detrimento de la vida de millones de personas, de su dolor y de su sufrimiento. Pero es que el “sistema” (es decir, la infraestructura económico-burocrática que tiende siempre a las últimas consecuencias de su lógica interior: más beneficios acumulados en cada vez menos manos) hace décadas que ha dejado de tener una dimensión “humana” e incluso de estar gestionado por “personas”: es un mecanismo enloquecido que para sobrevivir precisa actuar precisamente como lo está haciendo, como lo haría un robot pre-programado. Pero, así mismo, es también lacerante la indiferencia y la extrañeidad con que las poblaciones, incluso de buen nivel cultural, europeas permanecen de espaldas a lo que está precipitando. Con los cerebros entumecidos por sobredosis de “entertainment”, con sus drogas físicas y mentales, con su ocio, con su repliegue a lo personal, privados completamente de sentido crítico a causa de décadas de un sistema educativo ineficaz, preocupados por el shock de sobrevivir a la crisis, encontrar trabajo y situarse, aunque sea levemente, sobre el umbral de la pobreza, los pueblos de Europa callarán –están callando- y mirando a otra parte, ajenos a lo que vendrá y que repercutirá también en Europa en forma de alzas inmediatas y brutales en el precio de los carburantes y en subidas generalizadas de precios que limitarán aún más el valor de los salarios ya precarizados. Por unos motivos o por otros, nadie piensa, pues, en los millones de personas que van a morir.

- ¿Quién está detrás de las “primaveras árabes”? Con este nombre se conoce a distintos movimientos ocurridos desde enero de 2011 en distintas partes del mundo árabe que han ocasionado la caída de los regímenes que hasta entonces habían gobernado en Túnez, Egipto, Libia, etc. Dejando aparte que existen “causas objetivas” para todos estos movimientos, lo cierto es que su coincidencia en el tiempo y sobre el trasfondo inquietante de la crisis económica mundial, no es del todo casual ni inocente. Reiteradamente se ha denunciado a la CIA como arquitecto de las distintas “revueltas populares” (y de la intoxicación informativa sobre la que se han levantado). Todas ellas han tenido como resultado la formación de gobiernos más o menos islamistas y la radicalización antisionista de ese entorno geopolítico. Y aún hay que esperar el desenlace de las elecciones Argelinas y de las revueltas marroquíes especialmente en la región del Rif, como para dar por concluidas estas “primaveras árabes”. En algunos casos –Libia– la CIA ha delegado en otros servicios occidentales su papel desestabilizador. No es lo mismo lo ocurrido en Egipto, Túnez, Yemen, donde la CIA, el Mossad israelí y los servicios británicos operaron (y operan) para sustituir a dictadores prosionistas gastados y en desuso, por "procesos democráticos" digitados por Washington, que en Bahrein, una base estratégica de la Quinta Flota USA, donde Irán a través de la rebelión de la mayoría chiíta intenta derrocar a la monarquía aliada de EEUU. En cuanto a Libia, se trataba de un aliado inestable y, por eso, fue liquidado. En cuanto a Siria es un aliado tanto de Rusia como de China que recibe información de los movimientos del “ejército rebelde” de los satélites espía de estas potencias. Así mismo, en el caso de la desestabilización en Siria, está fuera de dudas que el “ejército rebelde” cuenta con el apoyo del Mosad israelí. El objetivo global de las “primaveras árabes” es eliminar a todos los regímenes que tengan autonomía propia y no sigan la estrategia del eje EEUU-OTAN-Israel. Y esa estrategia es hoy: generar una guerra para salvar al capitalismo. Las “primaveras árabes” no eran pues ni una lucha contra “el eje del mal”, ni una propuesta de “democratización” del mundo árabe, ni, por supuesto, la “guerra contra el terrorismo”. El objetivo es, simplemente, facilitar las bases para un conflicto regional.

- ¿Qué desembocaduras puede tener el conflicto? Solamente puede haber dos finales. O el Estado de Israel resulta definitivamente masacrado por los ejércitos árabes o bien el mundo árabe queda completamente derrotado por una coalición Israel-EEUU-OTAN. En el primer caso, el mundo árabe triunfante logra su victoria histórica que le hace olvidar todo lo pasado desde la Declaración Balfour y desde las tres guerras anteriores. Y no solamente, los árabes terminan venciendo militarmente sino que quedan como dueños absolutos del petróleo de Oriente Medio imponiendo sus precios y precipitando una nueva crisis energética mundial. En este caso, Israel desaparece produciéndose un verdadero holocausto y los EEUU son arrinconados definitivamente de la política en Oriente Medio. En el segundo caso –victoria de Israel sobre los árabes– se detiene el avance de las revoluciones islámicas, el mundo árabe reviviría las peores pesadillas del tiempo en el que fue colonizado por las potencias imperialistas europeas y se asistirá a una aparición de un terrorismo islámico muy real tanto contra el ocupante en su territorio como en el interior de los países agresores. El petróleo quedará sustraído al control árabe y cualquier régimen de la zona que quiera sobrevivir deberá ser necesariamente vasallo de los EEUU. En el fondo, esta no es solamente la guerra para salvar al capitalismo, sino también la guerra para dirimir quién termina controlando el petróleo de Oriente Medio.
Publicado: Jueves, 15 de Marzo de 2012 18:37 por Ernesto Milá en Infokrisis