Solzhenitsyn

“Los dirigentes bolcheviques que tomaron Rusia no eran rusos, ellos odiaban a los rusos y a los cristianos. Impulsados por el odio étnico torturaron y mataron a millones de rusos, sin pizca de remordimiento… El bolchevismo ha comprometido la mayor masacre humana de todos los tiempos. El hecho de que la mayor parte del mundo ignore o sea indiferente a este enorme crimen es prueba de que el dominio del mundo está en manos de sus autores“. Solzhenitsyn

Izquierda-Derecha

El espectro político Izquierda-Derecha es nuestra creación. En realidad, refleja cuidadosamente nuestra minuciosa polarización artificial de la sociedad, dividida en cuestiones menores que impiden que se perciba nuestro poder - (La Tecnocracia oculta del Poder)

jueves, 9 de agosto de 2012

Futuro Ficción: Los Señores feudales del siglo XXI

Este siglo ha empezado con un supuesto, que R. Heinberg menciona en el libro “Apagado: Opciones y acciones en un mundo post carbono”, el cual es el menos prometedor para la especie humana. Me refiero al escenario “El último que quede en pie”, en donde se da una batalla atroz por los últimos recursos energéticos del planeta. Ese escenario, en mi opinión, ya ha comenzado a principios de siglo XXI con las cuatro guerras motivadas en última instancia por los recursos fósiles de Medio Oriente: Guerra de Afganistán (2001), guerra de Irak (2003), guerra de Libia (2011) y guerra de Siria (2012).

Con estos preocupantes antecedentes históricos es difícil imaginar un futuro pacífico y cooperativo. Desde el 2002 hasta el 2011 las ventas de armas se incrementaron un 59%. En 2010 el gasto militar global siguió creciendo: en comparación con 2009 ha aumentado en un 1,3% alcanzando la cifra de 1,63 billones de dólares. Tradicionalmente una gran parte del monto mundial, un 43%, ha correspondido a EE. UU.

En un mundo con pocos recursos energéticos y demasiado armamento es fácil adivinar que no va a discurrir por caminos de paz y concordia. Los grandes bancos y megacorporaciones que han florecido al amparo del sistema neoliberal globalizado, socarronamente absorberán más poder de las naciones y los pueblos. Sus grandes estructuras de carácter privado se transformarán en pequeños reinos independientes poseedores de abundantes riquezas que les permitirá contratar ejércitos de mercenarios para proteger el inmenso capital y conocimiento acumulado durante la era industrial. Los ejércitos jugarán un papel destacado en ese nuevo futuro. Los nuevos señores feudales se valdrán de ellos para invadir países y controlar revueltas.

El decrecimiento forzoso de la economía global golpeará de forma distinta a cada nación y a cada continente de acuerdo al nivel de industrialización, composición étnica, facilidad de adquirir energía fósil, costes de mantenimiento de infraestructuras, capacidad para proveerse de producción local como comida, ropa, utensilios, etc.

Las guerras de baja intensidad en todos los lugares del planeta serán frecuentes. Los estados gastarán demasiados recursos en preservar el orden público interno y en proporcionar lo indispensable a su población para que no colapse. Además mantendrán conflictos con otros países para asegurarse los menguantes recursos energéticos, hídricos y alimentarios. 

Algunos países optarán por la autarquía con mayor o menor fortuna. La sociedad de naciones se irá derrumbando inexorablemente. Se crearán comunidades continentales y locales con el objetivo de ahorrar la mayor cantidad de energía. Por cuestiones de supervivencia buena parte de la población de las grandes ciudades voluntariamente regresará a los campos ya que las redes de transportes, distribución alimentaria, hídrica y energética se reducirán a menos de la mitad.

Al debilitamiento de los estados democráticos les sucederán estados autocráticos que paulatinamente se irán rindiendo a las megacorporaciones que todavía conservarán una red global robusta de transportes y comunicaciones. Estas entidades se asemejarán a reinos medievales independientes, dueños de los cada vez más escasos y valiosos recursos de todo tipo. 

Los estados quebrados estarán dirigidos por una serie de burócratas y políticos incapaces de sobrevivir sin la ayuda inestimable del capital, combustible y seguridad privada que le ofrecerán estos señores feudales del siglo XXI. Los ejércitos de los estados, al no poder ser mantenidos por las naciones a las que sirven, se verán forzados a convertirse en fuerzas mercenarias al servicio del mejor postor, en este caso, de las megacorporaciones y bancos.

Los viajes transcontinentales ya sean en barco o avión subsistirán como uso exclusivo de los nuevos señores feudales y de sus más inmediatos colaboradores. Estos señores, monopolizarán la tecnología, la educación superior y tendrán a su servicio la mano de obra cualificada que aún quede para ayudar a implementar toda una serie de innovaciones tecnológicas, tanto en el campo civil como militar, que aseguren el sometimiento de poblaciones, control de las naciones fallidas y sustracción de los pocos recursos aún disponibles.

Al mismo tiempo los nuevos señores feudales irán construyendo modernas ciudades-fortalezas en zonas geoestratégicas del planeta. Serán zonas vips con todas las comodidades de la civilización industrial. Originarios de los cinco continentes, este grupo selecto habrá sometido y desmantelado a la sociedad de naciones, sus políticos, y sus ejércitos. Esa nueva élite no estará motivada por razones nacionalistas, ni por identidades culturales. Después del corto pero intenso período de globalización descubrieron que los unían los mismos intereses y éstos eran más fuertes que los prejuicios de nacionalidad, raza, lengua o cultura que anteriormente los separaban. Ya no habrá barreras ideológicas, culturales o raciales que impidan conformar una casta planetaria cosmopolita dispuesta a defender a la humanidad del caos, que según ellos, ha sido causado por la escasez de la energía de origen fósil. Podría considerarse como una forma de tiranía, un retorno a una estructura social del medievo con la tecnología de la era atómica y computacional.

Los objetivos de esta nueva casta feudal serán primero, preservar la tecnología y conocimientos adquiridos durante la era industrial de la energía barata. Segundo, monopolizar la mayor cantidad de recursos de un planeta extenuado por la sobre explotación con el propósito de recrear el modo de vida placentero y hedonista de sus padres y abuelos. Y por último, domeñar a la gran masa de desheredados de la Tierra. Estos excluidos, llamados ahora siervos, fueron aquellos que organizaron rebeliones, alzamientos y guerras contra el nuevo orden mundial que se estaba gestando. Estos luchadores por un mundo más justo fueron reprimidos y golpeados en múltiples revueltas perdiendo todos sus derechos, quedando confinados, ellos y sus descendientes, en protectorados feudales donde se les permite que se provean de comida, ropa y abrigo a cambio de protección y acceso al agua potable. Los señores feudales del siglo XXI deliberadamente endurecerán las condiciones de vida de los siervos con la finalidad de forzar el decrecimiento de la población y evitar de ese modo gastar más recursos energéticos. Los siervos no tendrán servicios médicos, a los viejos se les dejará morir por un simple resfriado. Se suprimirán las vacunas a los bebés para provocar el incremento de mortalidad infantil. Los siervos restablecerán con su sacrificio la pirámide poblacional con los vértices bien definidos

Los nuevos señores feudales se autoproclamarán como los herederos legítimos del BAU siendo los custodios del conocimiento, la tecnología, la cultura y la historia. Vivirán y disfrutarán del modo de vida del que actualmente gozan las clases altas, viajarán por el mundo, conducirán coches de lujo y consumirán los platos más exquisitos. Imitarán el modo de vida burgués globalizado. Intentarán colonizar la Luna o Marte reservando una significativa cantidad de los recursos disponibles en esos tiempos de escasez para tan gran aventura. Seguramente serán los últimos cartuchos con poca pólvora que tendrán por finalidad revertir el colapso de una civilización compleja sellada al vacío en pequeños reservorios denominados ciudades-fortaleza, rodeados por un mundo cada vez más salvaje donde se asentará el modo de vida preindustrial, los movimientos ecologistas de supervivencia y el anarco-primitivismo.

Juan Carlos

martes, 7 de agosto de 2012

La Medicina es la Consciencia: Mi enfermedad es mi responsabilidad


La Medicina es la Consciencia

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La Medicina sanadora es la Consciencia: Si logramos comprender y poner en práctica lo que el Dr. Carvajal comparte en este escrito, avanzaríamos a la otra orilla del río de la energía, de la orilla del dolor y el sufrimiento, a la orilla de la sanación como realización de nuestro proyecto de aprendizaje. Vale leerlo una y otra vez y convertirnos en el psicólogo de nosotros mismos, en un sabio médico, y dejar de ser el paciente que espera el milagro de que otro haga lo que solo nosotros podemos. El paradigma racional está fraccionado, entonces puede emerger la esencia que se ocultaba tras el caparazón de la razón. Buena lectura y mejor provecho.

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El Ser Humano es milagroso en cuanto puede transformar su pasado.

Algunos dicen “no se ocupen del pasado que el pasado ya no existe”, pero el pasado está vivo, presente, doloroso, en cada una de nuestras células, frecuentemente, produciendo enfermedades. El problema del pasado es simplemente que haya pasado, que lo dejemos atrás como una estatua congelada. Pero al pasado hay que hacerlo presente vivo para transformar su historia, para leerlo en otro código, para interpretarlo en el código del amor, y, cuando interpretamos el pasado en el código del amor, nuestras heridas de la infancia se sanan. Y ahí nosotros somos los psicólogos, los psiquiatras, podemos sanar nuestra vida; todos estamos llenos de dolores, y a veces de dolores absurdos, que cargamos en la vida sin ni siquiera reconocer que existen.

La técnica respiratoria es muy importante, sobre todo la fase de pausa respiratoria, ¿por qué razón? Porque cuando tú respiras lentamente y haces una pausa en la inspiración, la energía del inconsciente y el subconsciente sale a flote, es decir se pregunta ¿que pasa aquí que no están respirando? En ese momento el inconsciente hace aflorar a la consciencia una parte a la que no habíamos tenido acceso, de la que éramos víctimas pero que no habíamos reconocido nunca en la vida, y en ese momento podemos dialogar con el subconsciente y podemos sacar nuestras heridas más profundas. Cuando hacemos eso podemos ir más lejos, así es como actuamos para la autosanación.

Yo puedo decirme, por ejemplo, ¿de dónde viene esta alergia?, si tengo una alergia y quiero librarme de ella. La alergia es algo que rechazo, un virus, una bacteria, un hongo, el frío, el calor, pero eso no es del todo cierto, eso es quedarnos muy cortos. No hay personas que sean alérgicas sólo al frío, las personas alérgicas al frío también tienen miedo a la soledad, tienen miedo al frío del alma, al frío en los sentimientos, a la frialdad del papá o de la mamá, al desafecto, es decir, el frío es simplemente un símbolo. Cuando yo soy alérgico a algo, hay algo que rechazo o que temo.

Entonces si quiero cambiar mi alergia, reconozco mi alergia. Si sé que no reconozco mi alergia porque me hace sentir vergüenza, entonces trabajo con la vergüenza: ¿que cosas en la vida me evocan vergüenza? Luego experimento el sentimiento de la vergüenza y veo como experimento la vergüenza, a veces me pongo pálido y frío, otras veces me pongo rojo como un tomate, otra lo experimento como un vacío o como un hueco a nivel del plexo solar, la puedo experimentar de muchas maneras. Dónde y cómo experimento la alergia, me da una idea de la parte de mi energía que está comprometida. Vamos a ver otro sentimiento, el miedo, yo diría que la mitad de nuestros lumbagos son por miedo.

El miedo provoca más lumbago que todas las hernias discales, todos los problemas articulares, todos los problemas de columna, porque el temor hace que metamos, literalmente, el rabo entre las patas, cerramos el esfínter anal interno, a ese nivel, hay un centro de energía muy importante y, nos cerramos a la vida, contraemos toda la musculatura lumbosacra, esa parte queda mal irrigada y nos dan unos lumbagos terribles, y ese lumbago es el nombre clínico del miedo.

Si logro reconocer el núcleo del miedo, si logro observar mi cuerpo y veo que tengo los glúteos y toda esta parte contraída, si logro respirar hacia esa zona y liberar el sentimiento del miedo, y llamar al miedo y decirle “tú eres la mejor parte de mi mismo, cuando asciendes y te revelas, eres mi prudencia, ya no eres miedo, sino que eres prudencia, eres parte de mi amor también”. Cuando yo, a través de la respiración, logro ascender esa energía del miedo, y logro trasmutarla al altar del corazón, que es donde realmente nace el hombre que puede sanarse y puede sanar la vida, entonces desaparece el lumbago.

Mi resentimiento, mi odio, frecuentemente, está anclado en mis articulaciones. Yo estoy así totalmente rígido. A veces, con el puño apretado en la noche, inconscientemente, dispuesto a pegar y a agredir. Pues bien, ese dolor articular, es resentimiento congelado en esa parte del cuerpo.

Si logro experimentar ese dolor y asociarlo a mi sentimiento de ira y a mi resentimiento, y logro comprender que mi resentimiento es algo que se construye en el plexo solar, que bloquea la energía aquí y no permite a la energía acceder a mi corazón, ni a mi sistema inmune, puedo hacer mucho más que el reumatólogo, o puedo ayudarle mucho, para curar y sanar mi artritis, y yo soy responsable, no tengo que esperar que el reumatólogo me resuelva el problema.

La enfermedad es mi problema, no es el problema del médico, es mi responsabilidad, yo también tengo que ver con eso. La medicina no puede ser el arte de pasarle la pelota al médico, porque le pagamos.

La nueva medicina de la consciencia, es el arte de responsabilizarnos de nuestra vida, y de descubrir que realmente podemos hacer mucho por nuestra vida.

Frecuentemente, vemos que una persona con un cáncer ha tenido un shock, o una pérdida afectiva muy grande. Si una pérdida afectiva le produce un vacío existencial de tal dimensión que se vuelve un vacío de energía, y permite que las células degeneradas puedan invadirle, es porque estaba apegado, ese es el problema del apego que yo debo reconocer.

Si alguien se va y yo lo vivo desde el amor, desde el desapego, sé que su consciencia está conmigo, lo dejo partir no lo amarro. Muchas veces, vemos a alguien al que se le muere el papá o la mamá pero no lo deja partir, eso es literalmente cierto, se queda con parte de su energía anclada al plexo solar. Esa anclada energética puede crear crisis de pánico, de hipertensión, cosas violentas en la clínica. Si nosotros logramos que la persona se sane, es su alma la que lo sana.

El sanador no lo hace por el paciente, yo como sanador soy un imán que le doy la carga que su alma necesita, realmente, la sanación es rescatar la autonomía, la autogestión, y la libertad del otro, para sanarse.

La verdadera sanación es darte las herramientas para que tú, desde tu consciencia, te sanes, no desde tu consciencia racional, sino desde tu sentimiento, desde tu amor, desde tu afecto.

Frecuentemente cuando uno está haciendo una sanación, ve que la persona, aunque no le haya dicho ni una palabra, empieza a llorar y a sacar su resentimiento, y luego siente una sensación de paz, que no es mi paz, es su paz, es la paz de Cristo que también habita en la persona que está siendo sanada. La paz está ahí, ha estado siempre ahí, es parte de nuestra esencia, se trata simplemente de quitar todos aquellos apegos, aversiones, sentimientos, separatismos, toda aquella capa de ignorancia, para que la paz se revele tal cual es, y cuando la paz se revela, germina el amor, y cuando germina el amor la sanación es posible, aunque lo que tenga sea un cáncer, o un lupus.

Pero no te culpes si no lo logras, porque tú participas también en los problemas genéticos de la herencia, de la humanidad como grupo. Esto no es para creerse superman, uno puede ser muy orgulloso y decirse “estoy triste porque no me curé el cáncer”, eso no es un fracaso, el cáncer es un maestro, a veces aprendemos la lección en una ocasión, otras veces necesitamos diez oportunidades, y otras necesitamos cien vidas tal vez, pero lo importante es aprender la lección.

Uno no aprende medicina de un día para otro, hay lecciones supremamente complicadas y difíciles.

También nos diplomamos o nos especializamos en el alma, cuanto más grande sea el desafío, más grande es la oportunidad de crecimiento. Yo solo les he puesto un ejemplo de cómo podemos retomar nuestras emociones, identificar nuestras emociones, aceptarlas, no seguir huyendo de ellas, y así poder transmutarlas.

Pero una vez que sentimos la emoción, hay una pregunta fundamental ¿cuál es la lección que hay debajo de esta emoción negativa? ¿Cuál era el mensaje, qué me quería decir esta actitud y esta enfermedad? Cuando yo no digo NO, en la vida, termino resentido y con ira, pero la ira no es el problema, la ira me está diciendo que hay que aprender a reafirmarme diciendo NO.

La ira es la mejor estrategia de autoafirmación. Cuando yo manifiesto la ira y la transmuto, esa ira se vuelve sanadora, es lo mejor de mi fuerza, mi ira barre y limpia la casa y hace las cosas más rápidamente, ustedes han visto a un ama de casa que en su ira revolotea y el almuerzo está hecho a las diez de la mañana.

Yo sabia cuando mi mamá estaba iracunda, porque a las diez de la mañana mi casa estaba como un espejo. Es así, la ira es una forma de energía que se puede transmutar físicamente, el hecho de que la transmutemos físicamente, no resuelve la fuente de la ira, la fuente de la ira es la necesidad de autoafirmarse, y la necesidad de autoafirmarse es la necesidad de renunciar a la falsa complacencia.

Crecer espiritualmente no es decirle que sí a todo el mundo. El crecimiento espiritual no tiene nada que ver con la bobada, perdónenme la expresión, pero ser espiritual no es ser bobo, y ser tolerante no es ser bobo, la tolerancia no excluye la autoafirmación.

La autoafirmación es condición del crecimiento espiritual. Así que yo tengo que descubrir la lección, debajo del evento negativo, porque el evento negativo no es sino la apariencia, la sombra. Pero esa sombra cuando la quito abre una puerta luz, una lección que yo puedo aprender en mi vida.

Dr. Jorge Carvajal Posada