Solzhenitsyn

“Los dirigentes bolcheviques que tomaron Rusia no eran rusos, ellos odiaban a los rusos y a los cristianos. Impulsados por el odio étnico torturaron y mataron a millones de rusos, sin pizca de remordimiento… El bolchevismo ha comprometido la mayor masacre humana de todos los tiempos. El hecho de que la mayor parte del mundo ignore o sea indiferente a este enorme crimen es prueba de que el dominio del mundo está en manos de sus autores“. Solzhenitsyn

Izquierda-Derecha

El espectro político Izquierda-Derecha es nuestra creación. En realidad, refleja cuidadosamente nuestra minuciosa polarización artificial de la sociedad, dividida en cuestiones menores que impiden que se perciba nuestro poder - (La Tecnocracia oculta del Poder)

viernes, 27 de abril de 2012

TECNOCRACIA GLOBAL Y DESTRUCCIÓN FAMILIAR


Por Ibn Asad – Autor de La Danza Final de Kali y La Rueda de los Cuatro Brazos
El artículo puede leerse junto a otros aquí.

Al dirigirme a un público tan variado, me consta que muchos lectores serán jóvenes y muchos tendrán un molesto concepto de algún miembro familiar (“el pelmazo de la suegra”, “el plomo del cuñado”, “la rompe-pelotas de la tía”…) Es natural. Pero aquí no se va a tratar un proceso natural. Quizás los lectores más jóvenes (y los no tan jóvenes tampoco) no saben que han sido atacados durante más de un siglo por una comunidad científica con un objetivo explícito: la destrucción de la unidad familiar. No es ningún secreto… basta con abrir los ojos para evaluar su éxito. Pero, ¿somos conscientes de ello?
Poco importa qué raza, qué religión, qué nacionalidad tenga el lector. Si busca en su corazón, todo ser humano encuentra los mismos pilares sagrados: su familia, su padre, su madre. Dijo el Profeta (sal-la allahu “alaihi wa sal-lam): “El paraíso está a los pies de todas las madres.” Y es que a todo ser humano, musulmán o no musulmán, no le cuesta encontrar una valencia sagrada siempre presente en su seno interno: su madre. Somos humanos en la medida en la que nuestros padres (y en especial, la madre) nos lo permitieron ser: nuestra inteligencia, sensibilidad, pureza, voluntad, fuerza, vigor, valentía, honestidad… fueron transmitidas por nuestro padre y por nuestra madre. Sólo en las comunidades más decadentes y moribundas se encontrará la completa profanación del principio maternal: los bad boys norteamericanos se saludan entre sí al estilo Tarantino (hey, motherfucker!), los coleguitas que se encuentran en el Malasaña madrileño se dicen amistosamente “¿Dónde te habías metido, hijo de puta?”, y en las pintadas del Muro de Berlín una de las palabras que más se encontraba era “Hurensohn”. Sin embargo, aún hoy (con la excepción de la Gran Europa), no se puede insultar a una madre sin consecuencias fatales. Si en una discusión entre magrebíes alguien menta a una madre, esa discusión acabará en sangre. Eso está garantizado. Si quieres buscar una pelea mortal, pronuncia la palabra prohibida entre iraquíes, pakistaníes, nigerianos, indonesios… te aseguro que no saldrás ileso.
Lo que parece una “diferencia cultural” supone ser sólo un reflejo de un proceso que afecta a todo el mundo globalizado y que tiene como núcleo, en efecto, Europa y Estados Unidos. En este proceso están implicados un gran número de profesionales, de instituciones, de organizaciones, de universidades… de una manera mucho más consciente de lo que algunos de vosotros preferís creer. Porque este proceso de destrucción del valor familiar no es sólo un proceso; es un plan. Intento explicarlo en forma de síntesis.

martes, 24 de abril de 2012

El capitalismo ha muerto

Excelente artículo de acratas.net

Mediando 2012, el capitalismo es un pestilente cadáver maquillado en su catafalco —por irresponsabidad, corrupción, idiotez de los líderes politicos, o por la suma de las tres causas— a base de insuflarle dinero público para que no se le vean los gusanos.  La crisis mundial no es coyuntural, sino la consecuencia inexorable del capitalismo cuando éste se aplica sin impedimentos, a escala mundial. El capitalismo, en su ceguera por la obtención del beneficio, ha mutado en cada vez más perversas formas que sólo han acelerado su muerte. Los instrumentos financieros sin regulación (over the counter, sobre acciones, bonos, materias primas, swaps o derivados de crédito) han convertido las inversiones mundiales en una timba de apuestas en la que los bancos han sido los crupieres que han hecho jugar a los ahorradores sin saberlo (las viejecitas desconocen que su dinero está siendo apostado en hedge funds y que probablemente no lo recuperarán nunca).

No es posible salvar al capitalismo. Sólo en España, el pasivo financiero de la economía es de 10 billones de euros —10 veces el PIB anual—, de los cuales casi 5 billones yacen en los bancos en depósitos o valores diferentes de las acciones (bonos, letras), mientras, el drenaje de fondos bancarios de España hacia el extranjero supone unos 150.000 millones de euros al año, y acelerando. Eso representa la quiebra técnica del sistema financiero. Lo que vemos no es una aberración del sistema capitalista, sino el sistema capitalista funcionando a pleno rendimiento y matando el cuerpo al que depreda, que es el mundo. Antes hacía lo mismo, pero en países lejos de nuestra vista, en África o América del Sur. Ahora la estafa del capitalismo es global. La economía real del mundo en bienes y servicios —PIB mundial— es de 65 billones de dólares al año, mientras que los valores derivados OTC de acciones y divisas suman 1.650 billones ­—¡en una década!—. Si esos 1.650 billones reclamaran rentabilidad sólo al 5%, representarían 82,5 billones al año. Es decir: harían falta 1,26 veces el PIB mundial para pagar los intereses del dinero creado mediante la especulación. Como eso no es posible, el capitalismo crea cada año nuevo dinero para pagar los intereses del que anteriormente creó. Eso es lo que se denomina un “esquema de Ponzi” o estafa pirámidal. Y como todos los esquemas de Ponzi (te recordamos, oh, Madoff), cuando es descubierto, arruina a todos los tenedores de los valores especulativos, que no valen nada. Entonces nadie acepta papel para cobrar intereses y lo que quiere que le devuelvan su inversión. Pero ese dinero no existe. Fue creado de la nada usando como contravalor propiedades mobiliarias e inmobiliarias en el mundo entero, que sí valen 1.650 billones de euros.