Solzhenitsyn

“Los dirigentes bolcheviques que tomaron Rusia no eran rusos, ellos odiaban a los rusos y a los cristianos. Impulsados por el odio étnico torturaron y mataron a millones de rusos, sin pizca de remordimiento… El bolchevismo ha comprometido la mayor masacre humana de todos los tiempos. El hecho de que la mayor parte del mundo ignore o sea indiferente a este enorme crimen es prueba de que el dominio del mundo está en manos de sus autores“. Solzhenitsyn

Izquierda-Derecha

El espectro político Izquierda-Derecha es nuestra creación. En realidad, refleja cuidadosamente nuestra minuciosa polarización artificial de la sociedad, dividida en cuestiones menores que impiden que se perciba nuestro poder - (La Tecnocracia oculta del Poder)

viernes, 17 de septiembre de 2010

La gran impostura (V)

Viene de aquí.
EL IMPERIO ATACA


¡LA CULPA ES DE BIN LADEN!

La mañana del 11 de septiembre, cuando la CNN difundió las primeras imágenes de una de las torres del World Trade Center en llamas y cuando no se sabía todavía si se trataba de un accidente o de un atentado, los comentaristas de la cadena de información 24 horas evocaron la posible responsabilidad de Osama bin Laden. Progresivamente esta hipótesis se impuso como la única explicación humanamente aceptable. Atentados de tal barbarie sólo podían ser obra de un monstruo, radicalmente ajeno al mundo civilizado, lleno de un odio irracional contra Occidente y cuyas manos ya estuvieran cubiertas de sangre. Este demente ya había sido identificado: era el enemigo público número 1 de Estados Unidos: Osama bin Laden. El rumor se alimentó primero con revelaciones a la prensa de «fuentes en general bien informadas» o «próximas a la investigación». Lo fue oficialmente cuando Colin Powell calificó públicamente a Bin Laden de «sospechoso», se convirtió en dogma cuando George W. Bush lo señaló como culpable. Hasta hoy, esta acusación no ha sido sostenida públicamente. Pero las autoridades norteamericanas se consideran dispensadas de ello con la publicación de un vídeo de Osama bin Laden que, a sus ojos, tiene valor de confesión.

Osama bin Laden 1 es uno de los cincuenta y cuatro hijos del jeque Mohammed bin Laden, fundador, en 1931, del Saudi Binladen Group (SBG). Este holding, el más importante de Arabia Saudí, obtiene la mitad de su volumen de negocios de la construcción y de las obras públicas, y la otra mitad de la ingeniería, el sector inmobiliario, la distribución, las telecomunicaciones y la edición.





miércoles, 15 de septiembre de 2010

La gran impostura (IV)

Viene de aquí.

PLENOS PODERES

En la madrugada del 14 de septiembre el Congreso de Estados Unidos autoriza al presidente George W Bush a recurrir a «toda la fuerza necesaria y apropiada contra todo Estado, organización o persona que se haya confirmado que ha preparado, autorizado, ejecutado o facilitado los ataques terroristas que se produjeron el 11 de septiembre de 2001, o que ha dado asilo a tales organizaciones o tales personas, con el fin de prevenir cualquier futuro acto de terrorismo internacional contra Estados Unidos, organizaciones o personas»1.

Esta resolución conjunta de ambas cámaras se adopta casi sin debate, por unanimidad menos un voto, el de la diputada demócrata de California, Barbara Lee 2. Su redacción concede toda la libertad al presidente Bush para luchar contra las organizaciones terroristas no gubernamentales, pero los «poderes de urgencia» no son exactamente «poderes de guerra». George W. Bush sigue obligado a informar al Congreso antes de desencadenar las hostilidades contra otro Estado 3.

Para llevar a cabo las primeras acciones, el presidente Bush solicita al Congreso un crédito especial de veinte mil millones de dólares. En un hermoso impulso patriótico, ambas cámaras duplican la cantidad y votan al cabo de cinco horas de debate un crédito de... cuarenta mil millones de dólares 4.

Por otra parte, el presidente Bush autoriza la movilización de cincuenta mil reservistas como máximo 5. El secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, llama de inmediato a treinta y cinco mil quinientos reservistas (diez mil para el Army, trece mil para la Air Force, tres mil para la Navy, siete mil quinientos para los Marines y dos mil para los Guardacostas). La movilización precedente se remonta a la Guerra del Golfo. Esta implicó a un número de soldados cinco veces superior, porque se trataba de reunir a una potente Armada.

domingo, 12 de septiembre de 2010

La gran impostura (III)

Viene de aquí.

MUERTE DE LA DEMOCRACIA EN ESTADOS UNIDOS

¿RESPUESTA O GANGA?

La noche del 11 de septiembre el presidente GeorgeW. Bush se dirige con aires místicos 1 a la nación en un solemne mensaje televisado:

«(...) Estados Unidos ha sido blanco de un ataque porque es el faro más brillante de la Libertad y el Progreso en el mundo. Y nadie hará que esa luz se apague. Hoy, nuestra nación ha visto la Maldad, lo peor de la naturaleza humana. Y hemos reaccionado con lo mejor de Estados Unidos, con la valentía de nuestros servicios de rescate, los cuidados al prójimo y los vecinos que acudieron a dar sangre y a ayudar como pudieron. (...)
»Ya estamos buscando a quienes están detrás de estos actos malvados. He encauzado todos los recursos de nuestra inteligencia y nuestras comunidades que velan por el cumplimiento de la ley, para encontrar a los responsables y llevarlos a juicio. No haremos distinción alguna entre los terroristas que han cometido estos actos y los que los protejan. (...) Esta noche os pido que recéis por todos los que sufren, por los niños cuyo mundo ha sido hecho pedazos, por todos aquellos cuya seguridad ha sido amenazada. Y rezo para que puedan ser reconfortados por un poder superior, cuyas palabras nos han llegado a través de los años en el Salmo 23: "Cuando camino por el valle de la sombra de la muerte, no temo mal alguno; porque Tú estás conmigo". Hoy es un día en que todos los estadounidenses estamos unidos por nuestra determinación en favor de la justicia y la paz. Estados Unidos ya se enfrentó a enemigos en el pasado, y volveremos a hacerlo otra vez. Ninguno de nosotros olvidará jamás este día. Por eso, seguiremos defendiendo la Libertad y todo lo que es Justo y Bueno en este mundo.
Gracias. Buenas noches y que Dios bendiga a Estados Unidos.»

A pesar de este mensaje de unidad y en un momento en que la responsabilidad de Osama bin Laden sólo estaba considerada oficialmente como una hipótesis, en el seno de su administración se ponderan dos opciones políticas contradictorias. Los moderados, agrupados en torno al secretario de Estado, el general Colin Powell, y del jefe de Estado Mayor Conjunto, el general Hugh Shelton, recomiendan una respuesta proporcional, basada en el modelo de la respuesta ordenada en 1998 por Bill Clinton. En ese año se lanzaron misiles Tomahawk desde submarinos que cruzaban el mar de Omán a los campos de entrenamiento de al-Qaeda (Afganistán) y al laboratorio de Al Shifa (Sudán) como respuesta a los atentados perpetrados contra las embajadas norteamericanas en Daar-es-Salam y Nairobi. En cambio, los «halcones» señalan que esos golpes no tuvieron ningún efecto, ya que al-Qaeda había reanudado sus ataques. Según ellos, sólo una intervención militar en suelo afgano permitiría erradicar definitivamente las bases de Osama bin Laden. Pero la campaña no deberá detenerse allí, deberá continuar destruyendo igualmente todas las demás amenazas potenciales, es decir, todas las organizaciones y Estados susceptibles de convertirse en amenazas comparables a al-Qaeda.
El viejo Henry Kissinger 2, antiguo secretario de Estado y supervisor de todas las acciones clandestinas de los servicios secretos norteamericanos de 1969 a 1976, es la figura tutelar, el inspirador de los «halcones». Apenas termina la intervención televisiva del presidente 3, publica un artículo de opinión en la página de Internet del Washington Post en el que pone los puntos sobre las íes:

«El Gobierno debería asumir la misión de dar una respuesta sistemática que lleve, como se espera, al mismo resultado que la que siguió al ataque de Pearl Harbor -la destrucción del sistema responsable de este ataque. Este sistema es una red de organizaciones terroristas que se refugian en las capitales de algunos países. En un buen número de casos no penalizamos a esos países por el hecho de refugiar a esas organizaciones; en otros casos incluso mantenemos relaciones casi normales con ellos. (...) Todavía no sabemos si Osama bin Laden es el autor de esas acciones, aunque éstas lleven la firma de una operación tipo bin Laden. No por ello cualquier gobierno que dé cobijo a grupos capaces de cometer este tipo de ataques, aunque esos grupos no hayan participado en los ataques de hoy, deberá dejar de pagar un precio exorbitante por ello. Debemos responder con tranquilidad, de un modo reflexivo pero inexorablemente.»